Periodismo: el bueno, el malo y el feo | Opinión

Por : María Isabel Burbano / @rizossalvajes

Quito, 29 ago (La Calle).- En los tiempos postmodernos que vivimos, muchas cosas suelen retorcerse hasta perder su forma original. La esencia se difumina y empezamos a clasificar a las cosas erróneamente.

Cuando empecé a estudiar periodismo, mi madre decía: «ni se te ocurra decir malas palabras al aire ¿Dónde has visto un periodista que hable así?»

Unos vagos ejemplos revoloteaban en mi cabeza con esa pregunta, pero mi mamá tenía razón. La capacidad de un periodista de mantener la compostura aún con las noticias más indignantes no es tarea fácil, pero si necesaria.

En el Castigo Divino de la Posta, las cosas van más allá de solo malas palabras. Luis Eduardo Vivanco nos da una demostración de lo que un periodista no debe hacer. Tal vez a algunos de ustedes les parezca gracioso, pero si presentas a tu portal como uno de noticias, mantener la compostura es una máxima, una demostración de tu ética y respeto hacia tu audiencia.

Con una botella de whisky y entre risas, unos visiblemente borrachos Vivanco y Martín Galarza (AU -D) hablan del expresidente Correa. Aunque el formato de entrevista que maneja ese programa es informal, eso no significa que debe ser bajo y chabacano.

«¿Pregúntame cuál es mi fantasía sexual?», dice AU-D. Un hilo que Vivanco jala sin problema. «Si quieres cul*ar con Rafael no es mi problema».

Y continúan»Dos horas con Rafa preguntándole ¿qué ch***a te pasó?». Vivanco no lo deja suelto «¿Y le vas a preguntar eso mientras tienen sexo?». La respuesta: «No sé que tan bueno sea».

¿Esto es una defensa al expresidente? Rafael Correa es un ser humano y como tal tiene vacíos, defectos, problemas, virtudes. Su gobierno tuvo errores y aciertos, pero meterse con él usándolo de protagonista de fantasías sexuales en un programa en vivo es vergonzoso. La oposición a una persona o su forma de actuar debe nacer de los argumentos sólidos, no de expresiones soeces.

Lo que si es este artículo es una defensa al periodismo, ese que no tiene que ser patán para debatir, preguntar e investigar. Ese que al aire se desenvuelve con altura, ese que cambia las reglas del juego.

En este mundo donde todo se parece a todo es necesario señalar que Castigo Divino no es periodismo, pero es conducido por un periodista y se transmite en vivo en un formato periodístico. Es engañoso, pero hay que diferenciarlo para que nuestro consumo comunicacional sea una dieta saludable y no un reguero de grasa y azúcar.

Sobre el calificativo de «amanerado» que el expresidente usó para referirse a Galarza, solo les puedo decir que si es un insulto sería el menor de los problemas en esta trama. Alguien lanzó la primera piedra y como dice William Shakespeare en el Mercader de Valencia.

«Si nos pinchan, ¿acaso no sangramos? Si nos hacen cosquillas, ¿acaso no reímos? Si nos envenenan, ¿acaso no morimos? Y si nos agravian, ¿no debemos vengarnos? Si nos parecemos en todo lo demás, nos pareceremos también en eso».

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