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Para el vocero presidencial, Carlos Jijón, todos los asesinados en las calles son narcotraficantes

Quito, 26 ene (La Calle).- Para el vocero de la Presidencia, Carlos Jijón, “hay una grave banalización de la violencia, que pudiera ser artificialmente inducida”.

En una entrevista con Primicias, el funcionario asegura que la ola de violencia en las calles no tiene nada que ver con la desigualdad, la pobreza, el desempleo o la falta de oportunidades en el país, sino con una guerra de bandas por el narcotráfico o que puede ser “artificialmente inducida”.

Al igual que el presidente Guillermo Lasso, Jijón sigue culpando de la actual situación a anteriores gobiernos. “Tenemos 15 años de haber desatendido el problema. El haber cerrado la Base de Manta. Basta ver la reacción a la activación de un radar en Manabí”, afirmó al medio.

Asegura que las acciones del Estado contra el narcotráfico como el control del puerto de Guayaquil, para que no salgan cargamentos de droga, o el decomiso de estupefacientes, es lo que ha ocasionado un ajuste de cuentas muy violento entre bandas y carteles internacionales. Es decir, para Jijón todos quienes han muerto en las calles, son delincuentes.

Ante la precisión del medio de que no todos los asesinados son narcotraficantes, Jijón responde que hay que pensar con “racionalidad”. “Tenemos un grave problema de narcotráfico”, dice. Además, amparado en esta aseveración intenta deslindar al Gobierno de la responsabilidad de la seguridad interna del territorio nacional.

“Y ¿cómo hace usted como Estado cuando una banda de narcotraficantes asesina a otra? ¿Les pone guardias de seguridad a los narcotraficantes para que no los maten si se pelean con sus socios?”, refuta.

Según Jijón la delincuencia común ha tenido una caída importante, pero existe escasez de policías. Aseguró, a Primicias, que han iniciado el reclutamiento de personas y se ha destinado las partidas presupuestarias para formarlos y armarlos, darles vehículos y cuarteles.

“Pero la sociedad no puede esperar que, en un mes o seis meses, el país pueda solucionar un problema que es consecuencia de 15 años de descuido. El gobierno cree que en dos años va a tener el número suficiente de policías, bien armados”, dijo.

Respecto a las cárceles, señaló que el tema es similar. “Para los estándares internacionales, 6.000 guardias penitenciarios. Tenemos 2.500. No existe el número suficiente para mantener el orden (…) el gobierno cree que en seis meses, habiendo empezado ya el proceso, tendrá el número suficiente de guardias penitenciarios, correctamente equipado, entrenados y con todas las necesidades cubiertas”, mencionó.