Tomado de: France 24
Por: Sébastian Seibt
El papel de Dakota del Sur en la evasión fiscal ha salido a relucir varias veces desde que comenzaron las revelaciones sobre los ‘Pandora Papers’. Este estado del medio oeste de Estados Unidos construyó su reputación fiscal sobre un modelo financiero muy popular entre los multimillonarios: los “trusts”. Explicamos.
Su ciudad más conocida, Sioux Falls, recuerda los viejos tiempos de indios y vaqueros, y el emblemático Monte Rushmore domina su paisaje. Pero desde el domingo 3 de septiembre, Dakota del Sur se volvió famoso por su papel en la evasión fiscal internacional.
Este estado del medio oeste norteamericano se encuentra en el centro de las revelaciones de los ‘Pandora Papers’, la investigación sobre los secretos fiscales de los ricos y poderosos llevada a cabo por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus siglas en inglés) en colaboración con otros 150 medios en el mundo.
El estado de 360.000 millones de dólares
En este momento, Dakota del Sur es omnipresente en los documentos recuperados por el ICIJ, sobre los cuales el lunes 4 de septiembre Rusia se permitió afirmar que la gran lección de los ‘Papeles de Pandora’ era que Estados Unidos se había convertido en un paraíso fiscal.
Ciertamente, el Kremlin estaba tratando de desviar la atención de las revelaciones sobre todos los cercanos al presidente ruso Vladimir Putin, también mencionados en los Pandora Papers. Pero, en efecto, Estados Unidos ocupa desde hace casi tres años el segundo lugar en la clasificación de los centros financieros menos transparentes del mundo, establecida por la ONG Tax Justice Network, que lucha contra la evasión fiscal. Estados Unidos superó a Suiza en 2018, y ya le pisa los talones a las Islas Caimán, que presiden desde hace mucho tiempo la cima de esta lista.
Dakota del Sur no es el único Estado en otorgarle al país esta reputación de paraíso fiscal entre los expertos de la evasión fiscal. Delaware, Alaska, Florida o incluso Nevada también atraen multimillonarios que buscan apartar su fortuna del fisco.
Pero a causa de las sumas en juego y de su historia, Dakota del Sur ocupa un lugar aparte en la tabla de la evasión fiscal “made in America” revelada por los ‘Papeles de Pandora’. De los 100 documentos vinculados a Estados Unidos estudiados por el ICIJ y sus colaboradores, 81 involucran a ese Estado.
Hay al menos 360.000 millones de dólares en activos en los modelos financieros establecidos en Dakota del Sur para los millonarios del mundo entero. Es casi siete veces más que hace tan solo diez años…
Dakota del Sur logró atraer toda clase de multimillonarios como Guillermo Lasso, el presidente de la República de Ecuador, Carlos Morales Troncoso, el rey de la caña de azúcar en República Dominicana, o incluso José ‘Pepe’ Douer Ambar, un magnate colombiano de la industria textil vinculado al tráfico de drogas.
Hasta ‘Trouble’, la perrita de Leona Helmsley –quien falleció en 2007 y se autoproclamó “reina inmobiliaria”–, pudo aprovecharse de la generosidad fiscal de Dakota del Sur para disfrutar con toda tranquilidad una herencia de 12 millones de dólares, hasta su muerte en 2011.
Los “dynasty trusts”
Dakota del Sur cultiva desde hace tiempo su imagen como estado fiscalmente condescendiente. A comienzos de los años 1980 su gobernador, el republicano William Janklow, estaba buscando un medio para reactivar la máquina económica y crear empleos. Lo encontró en Citibank.
Existía un problema: los intereses impuestos por la Reserva Federal eran demasiado altos para los bancos, quienes no podían trasladar ese costo a los clientes porque una ley que protegía a los consumidores controlaba los aumentos de intereses en las tarjetas de crédito. Así que, a cambio de 400 empleos creados por Citibank, el gobernador de Dakota del Sur decidió en 1981 anular en su territorio esa prohibición sobre el aumento de las tasas de interés. Fue suficiente para nutrir una explosión de la actividad bancaria en la región.
Tras ese primer triunfo, William Janklow se preguntó entonces si podía encontrar trucos fiscales para atraer a millonarios particulares. Con la ayuda de abogados, buscó al otro lado del Atlántico una vieja institución británica: los “trusts”, o fideicomisos, esos montajes financieros a medio camino entre la sociedad de derecho privado y el fondo de inversión que durante mucho tiempo gozaron de los favores de la aristocracia.
De esta manera, Janklow convirtió a Dakota del Sur en la capital estadounidense de los fideicomisos modernos. La actualización fiscal primero pasó por un retroceso: en el Reino Unido, los diputados lucharon a finales del siglo XIX para que los fideicomisos dejaran de ser “eternos”. Dicho de otro modo, se habían asegurado de que los activos puestos en un “trust” (dinero, tierras, obras de arte, etc.) por los aristócratas ávidos de mantenerlo todo para su familia, no fueran protegidos ad vitam aeternam.
William Janklow decidió en 1983 que un fideicomiso en Dakota del Sur podría, por su parte, ser “eterno”. Este es el comienzo de los “dynasty trusts”, fideicomisos de dinastía, época fiscal dorada del Estado.
“El secreto bancario es el rudimento de la optimización fiscal, mientras que los ‘trusts’ son para quienes buscan las soluciones más refinadas con el fin de poner sus bienes a salvo de todas las miradas y de toda codicia”, explica Andres Knobel, experto en fideicomisos para la ONG Tax Justice Network, contactado por France 24.
Estas herramientas financieras suponen dos problemas para las autoridades fiscales: “Son opacas y ofrecen una protección muy fuerte de los activos que están dentro”, resume este especialista. Los fideicomisos funcionan como sociedades, salvo que hay múltiples participantes con roles mal definidos y no se sabe realmente quién es el beneficiario final.