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Padres denuncian agresión en un centro infantil; funcionarios son negligentes

Quito, 07 sept (La Calle).- Los padres de una pequeña de cuatro años denunciaron que la maestra del centro de educación infantil al que acudía le obligó a beber un jarabe a ella y sus compañeros que contenía presuntamente un tranquilizante. Su padre, quien puso la denuncia, indicó que no existe la debida atención en los servicios públicos y hay que discutir con los funcionarios para conseguirla.

“Mi hija que cumplirá cuatro años empezó a asistir a clases de inicial en el Centro de Educación Infantil Mi gigante tesoro en Carcelén. El lunes (04 de septiembre) tuvo la presentación, el martes (05 de septiembre) tuvo jornada completa y ese día la mamá la recogió y la notó triste, rara y le preguntó qué pasó. La niña, entonces, contó que la profesora le quiso dar un jarabe que sabía a cereza, el momento que ella se negó a tomarlo, la jaló de las orejas, incluso sacándole el arete. No tuvo un daño físico en sus orejas, pero cuando le pregunté que había dicho la profesora, ella respondió ¿Cómo que no? y le obligó a tomarlo”, relató a Radio La Calle, su padre Gabriel Borja.

Después de eso, le hizo el mismo proceso a su compañero, jalando de sus orejas para que tome el jarabe. A la niña también le obligaron a comer y a acabarse toda la lonchera que le habían mandado de una forma grosera. “La maestra es mala”, le dijo la pequeña a su padre. Después de llegar a su casa, la niña durmió tres horas, presumiblemente por el efecto del jarabe. También se quejó de un dolor de estómago.

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Negligencia institucional

Los padres de la niña presumen que el jarabe que ingirió era un tranquilizante, por lo que Gabriel decidió hacer la denuncia pertinente. Allí surgió otro problema, la falta de atención de los funcionarios públicos con el protocolo necesario para estas situaciones. “Fui al Ministerio de Educación, a la Fiscalía. Conseguí, después de una pelea bastante fuerte, interponer la denuncia desde Riobamba que funciona sin ningún problema en Pichincha y la mamá ya completó la analítica para llevarla al Izquieta Pérez. En el Centro de Salud le negaron la atención para el examen”, explicó.

La preocupación para los padres es que, con el paso del tiempo, los resultados de la analítica no muestren la presencia del jarabe. Al final, a la niña le sacaron sangre en la Fiscalía, después de que los funcionarios alegaran varias excusas, como el hecho de poner la denuncia en Riobamba, el lugar donde vive el padre. El sistema de la Fiscalía tiene funcionamiento a nivel nacional por lo que el sitio de donde se generó la denuncia no detiene el proceso.

El Centro Infantil les devolvió el dinero de la matrícula y el uniforme, la directora no puso resistencia. “La mamá le preguntó qué fue lo que le dieron y ella dijo que no le dieron nada. (…) Me preocupa que frente a la forma de actuar de los servidores públicos, no haya seguridad de que el trabajo de análisis no se haga bien. No saber qué sucede. Dijeron que en 10 días el Izquieta Pérez mandará esos resultados a la Fiscalía”, agregó.

Imagen de la denuncia en Fiscalía.

La pasividad

Este padre está preocupado también sobre el impacto psicológico que este episodio de maltrato puede tener en su hija. “La psicóloga de la dirección distrital del Ministerio de Educación me dijo que aquí las denuncias suelen morir. Es un tema penal que lleva la Fiscalía, pero si ellos no contestan, la ruta es dirigirse al Ministerio de Educación para pedir la inspección y el protocolo a seguir”, dijo este padre.

Si bien la niña no sufrió daños físicos aparte del sueño y el malestar. Los padres están preocupados de que situaciones así se repitan y lo desprotegidos que están frente a las instituciones que deberían protegerlos. “Si un ciudadano común lleva una denuncia a la función pública no va a mentir y suponer lo contrario va contra la buena fe que debe tener el funcionario. El Centro de Salud debió seguir el protocolo de violencia”, expresó.

Para Gabriel es importante que las madres y padres se enteren de estos hechos que posiblemente podrían pasar en otros centros de educación infantil para los estudios iniciales. Por lo que consideró necesario visibilizar su caso. (MIBM)

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