Quito, 06 sep (La Calle).- El asambleísta de UNES, Pabel Muñoz, denunció una campaña de desprestigio contra varios asambleístas. Según el legislador, la Contraloría en manos de Pablo Celi se convirtió en una maquinaria para la persecución y la extorsión.
A través de un comunicado, Muñoz sostiene que, «tras develar la perversa forma de funcionamiento de la Contraloría de Celi, les corresponde a algunos de sus socios mediáticos retomar la infamia, la injuria y el desprestigio de quienes les son incómodos”.
“En mi caso hacen referencia a dos potenciales glosas que no tienen sustento. No están en firme y fueron impugnadas en 2018 y 2019 para que un tribunal honesto e imparcial, el Tribunal Contencioso Administrativo, analice las barbaridades de los informes de la Contraloría”, asegura.
Además, denuncia que continuarán las acciones para el desprestigio individual de ciertos legisladores, así como del trabajo colectivo de la Asamblea Nacional.
El caso de Pabel Muñoz
Según Muñoz, son dos informes de la Contralaría por haber participado en el directorio de Tame, como representante de la Secretaría Nacional de Planificación. Estos informes tratan sobre la autorización de la ruta a Nueva York y el arrendamiento de un avión Airbus A330.
El legislador de UNES aclara:
1. La Contraloría pretende glosar al directorio por no establecer políticas alineadas a la planificación nacional. Esto es falso, Tame sí contaba con esas políticas desde 2009. Por lo tanto, las decisiones que se debían adoptar por mandato constitucional eran: crear condiciones adecuadas para el retorno de los migrantes ecuatorianos; garantizar los derechos de las personas migrantes; y fortalecer los vínculos con las comunidades de migrantes en el exterior.
2. Los informes pretenden sancionar la apertura de nuevas rutas y la adquisición de los medios que permitan su operación, que son anteriores al inicio de mi primera participación en tal directorio.
3. La aprobación de una ruta aérea no es responsabilidad ni de Tame ni de ninguna aerolínea. Por Ley, es competencia de la autoridad aeronáutica nacional.
4. La Contraloría reconoce que la competencia del directorio se limita exclusivamente a establecer políticas y que no le corresponde administrar la empresa. Sin embargo, responsabiliza al directorio por la gestión comercial, financiera, técnica y operativa que son responsabilidad de los órganos administrativos y ejecutivos.
5. La selección del Airbus A330 y su proceso de contratación fue íntegramente desarrollado por los órganos ejecutivos y no por el directorio. Menos aún por la Secretaría Nacional de Planificación.
6. La Contraloría, como en otros “1.000 casos», no respeta tiempos ni el debido proceso establecido en su propia Ley. Tan solo 48 horas después de que se notificó el inicio del examen, la Contraloría me notificó con los resultados provisionales y, al día siguiente, me convocó a la lectura del borrador de Informe de Auditoría.
7. La Contraloría desechó, sin el menor análisis, toda la prueba documental que presenté en mi recurso de revisión.
8. Contraloría, sin ningún método técnico, determina un daño al patrimonio de Tame de «modo estimado». El proyecto original establecía 5 años de penetración de la ruta. Sin embargo, al tercer año ya se registró operación con números positivos. De hecho, la ruta siguió operando años después, siendo así: ¿Por qué no hay funcionarios del gobierno de Moreno “glosados” si siguieron operando la ruta después de los exámenes de Contraloría?.