por Alexis Ponce
Has expulsado a la fuerza de Nicaragua a 222 presos políticos, dejando aún 25 más en la temida cárcel de El Chipote y otros centros penitenciarios donde no pudieron llegar, y a un tris también estuvieron de ser apresados, Ernesto Cardenal el poeta inolvidable de Solentiname; y Sergio Ramírez. El primero porque murió mientras estaba amenazado de ser procesado por «delitos contra el Estado» y otras yerbas torpes -«lawfare» le llaman- con las que la extrema derecha acá en Sudamérica persigue progresistas y dirigentes sociales, en Argentina, Brasil Ecuador, Uruguay y El Salvador.
Crecí zipote añorando y amando Nicaragua y la roji-negra sandinista. Era 1978, había empezado la Ofensiva y de memoria a mis 13 años de entonces me aprendí nombres hasta hoy presentes: Estelí, Monimbó, Chinandega, León, Masaya, Carlos Fonseca Amador, Dora Maria Téllez, Leonel Rugama, Ricardo Morales Avilés, Los Palacagüina. Tuve inolvidable cuñada sandinista, sobrina ella del siempre recordado comandante Henry Ruiz, el que vive como piensa, en la modestia total, él no adquirió edificios, ni hoteles, ni patológicos autos deportivos de carreras. Únicamente maneja su carcacha vieja y camina mucho a pie, sin pistola ni escolta.
Allá y aquí tuve familia nica un día, la familia Ruiz, y tomé el «Flor de Caña» y quise hallarla, sin lograrlo, al Mito fundacional de mi adolescencia en la poesía: Gioconda Belli y sus churos amados y versos y rizos sin fin. Allí en Managua estuve los miércoles de Plaza Grande con mi cartel por los Restrepo en la afuera de la embajada ecuatoriana de la ciudad de Rubén Darío y Julio Buitrago, sin olvidar a mis desaparecidos, y los nicas y el personal diplomático ecuatorial creyéndome loco (¿a quién se le ocurrió llamar «Locas» de Plaza de Mayo a las Madres?)
Recuerdo que en la Caracas de Hugo Chávez, nos invitaron a hablar juntos en un panel de tv, a Shafick Handal, a ti y a mí, a los tres en un mismo programa en un canal, y te vi a los ojos, y no veías a los ojos mientras se te habla o hablas, tal cual como el Antonio Vargas y el Lucio Gutiérrez que nunca miraban a los ojos. Y me dejaste pésima impresión con tu oratoria repetitiva y de voz monótona, sin modulación ni pasión que por lo menos creí que expresarías. Lleno de convencionalismos y frases hechas. Te pregunté por el gigante comandante Modesto, el de los primeros críticos de «La Piñata», y te hiciste el sordo.
Luego supe que los dos críticos que más les duele a Daniel Ortega y Rosario Murillo eran Ernesto Cardenal y su hermano Humberto Ortega.
Después, a lo estalinista, la revolución se quedó sin mayúsculas y todos los referentes de la oposición fueron apresados y te deshiciste de los primeros de la primera línea: hasta que uno de ellos, Hugo Torres, murió en la cárcel y el olvido, siendo uno de los jefes del asalto al Palacio «chancho» en 1978.
No, no, no… No es un preso, ni diez ni treinta presos. Son cientos de presos políticos, como acá los guevaristas, y cientos más procesados como acá los indios de octubre y siempre.
Tu propio hermano, el que fuera ideólogo de la Ofensiva de 1978 y luego jefe del Ejército, Humberto, dijo un día ante tanto bonapartismo termidoriano:
«Los detenidos no son terroristas, no han atentado contra la estabilidad de este país. Simplemente son opositores que tienen sus puntos de vista como los tengo yo. Yo he criticado con toda firmeza y respeto al actual gobierno y no por eso puedo ser catalogado ahora de terrorista o traidor a la patria. Decretar un indulto o una amnistía mandaría un gran mensaje para demostrar que se quiere avanzar en la dirección correcta para que la comunidad internacional lo tome en cuenta».
Recuerdo que Nicaragua al comienzo fue una hermosa revolución de la palabra, la poesía, el canto y el amor. Crecí cantando la música del ’78 y ’79, y oyendo «La Guitarra armada»; hoy desde hace añares Luis Enrique Mejía Godoy y Carlos Mejía Godoy, hermanos míos también, le cantan al mismo pueblo nica con amor y te repudian desde hace años por tanta reversión y tanto curuchupismo ultra-conservador y represivo. Estuve una ocasión en Managua en «Los Pipitos», el centro de discapacidades del mítico Omar Cabezas, cuyos dos hijos son como hermanos de mi Tahís; allá supe que era el Defensor del Pueblo… y que estaban perseguidas tu hija adoptiva, que se exilió tras denunciar la brutalidad ya olvidada, como perseguida estuvo mi adorada comandante Mónica Baltodano, guerrillera de la Dirección nacional, y su hija. Ella pudo escapar de la persecución y hace años vive exiliada en Costa Rica, como en los tiempos de Somoza.
Allá en Nicaragua-Nicaragüita visité a la legendaria defensora de ddhh Vilma Núñez de Escorcia, a la que persiguió el Somozato y luego el Ortegato. Y allá fui a conocer el parquecito y monumento a Carlos Fonseca Amador (como Lenin al «Acero», «Agatón» te hubiera puteado por haber mandado cientos de cuadros a prisión, al escarnio de llamarlos «traidores del pueblo»)
«En 1939, de 139 cuadros bolcheviques fundadores, 110 habían sido detenidos. De los 1.996 delegados al Congreso del 37 (también llamado «el congreso de los condenados”), 1.108 fueron arrestados y dos terceras partes serían ejecutados en los tres años siguientes al inicio de grandes purgas en 1936. A finales de 1940, del Comité Central del Partido Bolchevique de Octubre de 1917 sólo dos miembros habían sobrevivido: Stalin, jefe supremo del Estado, y Alejandra Kollontai, que actuaba como embajadora en Suecia.» Así fue parte del Informe en el XX Congreso del PCUS .
Si está tan envilecido el tiempo que vive el mundo, se entiende que uses esas muletillas y declares «traidores a la patria» y «apátridas» a hermanas y hermanos sandinistas como mi Dora María Téllez, o Víctor Tinoco, o Sergio Ramírez, o Carlos Chamorro el director inicial de «Barricada»; o a sacerdotes y dirigentes estudiantiles que pusieron el cuerpo a las balas.
👇🏼 INFORME DE LA PERSECUCIÓN A LAS ORGANIZACIONES DE MUJERES:
Ya sólo te falta apresar a mi Gioconda Belli y al legendario Modesto: es decir Henry Ruiz, el que acuñó la frase «En la montaña enterraremos el corazón del enemigo». Aunque ya le seguiste juicio y perseguiste: pero es tan legendario él y ejemplar su modestia y legendaria su pobreza, que dudo que el PRI nicaragüense tenga las agallas para apresar a la poeta y al fundador sobreviviente del FSLN de Agatón, de Borge y de Silvio Mayorga.
No olvido que a Modesto lo abracé en Managua, como al hermano mayor que es y será, cuando nos invitaron a los dos para que analicemos la primera oleada de gobiernos progresistas del continente. Él Centroamérica, y yo el Sur, así nos repartieron los temas. Nunca olvido su profética palabra sobre la China: «Están llamados a ser la potencia hegemónica en este nuevo tiempo. Y porque los conozco muy bien, y de años conozco su cultura, sé que no serán una potencia invasora y agresora».
La Comandante Dos del Asalto a «la casa de los chanchos», que narrase Gabo un día; y los demás opositores han sido declarados «apátridas» dice tu mensaje. Habrás visto tanta insolencia.
El 65% de los Desterrados declarados por ti «Apátridas», como sólo las salvajes dinastías bananeras decretaban desde el poder a los opositores, son sandinistas. Es decir algo huele mal en tu Dinamarca.
Link histórico: Ernesto Cardenal cuestiona al gobierno.
Link histórico: Documental sobre el asalto a «la chanchera» de 1978. Entrevista a Hugo y Dora María.