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Iza, anticorreísmo y bronca interna (opinión)

Por Omar Jaén Lynch / @kelme_boy

¡Qué maravilla que es la tecnología! Confieso que nunca pensé que tendría la posibilidad de presenciar en tiempo real un acto de Pachakutik, menos aún el lanzamiento de una precandidatura presidencial. Dada la pandemia -y gracias a Facebook Live-, el viernes de la semana anterior consumí minuto a minuto el evento en el que Leonidas Iza se postulaba como precandidato presidencial.

Eso sí, el acto como tal no tuvo mucho de novedoso. Previo al discurso de Iza hablaron dirigentes con esa retórica propia de los 90 y no faltaron los jingles políticos a todo volumen en los parlantes que más que llamar, espantaban.

Tras más de 40 minutos de transmisión, Iza tomó el micrófono. Para registro de este artículo informo que escuché en vivo -y después dos veces más- el discurso completo del dirigente indígena. Por este antecedente, me sorprendió que horas después del evento, el Movimiento Indígena y Campesino de Cotopaxi (MICC), del cual Iza es presidente, lanzó un tuit que generó mucho debate.

Lo cierto es que la cita referida en el tuit jamás salió de la boca de Iza. El efecto de la “interpretación” hecha por el equipo de comunicación del MICC fue inmediato.

Rafael Correa respondió, luego Iza contraataco, el exmandatario retomó el rifirrafe y el líder indígena le terminó retando a ver quién representaba verdaderamente a la izquierda. Una novela en 280 caracteres que avivó la sempiterna disputa que hay entre el “correísmo” y la dirigencia indígena.

Más allá de esta discusión digital a raíz de un tuit descontextualizado (¿a propósito?), Iza puso sobre la mesa la estrategia del “anticorreísmo”. Y no sorprende. En su propio discurso de aceptación de la precandidatura, el titular del MICC quiso marcar distancia de la Revolución Ciudadana y con eso evitar las críticas casa adentro. Desde hace meses hay “quejas” entre cierta parte de la dirigencia indígena porque Iza tiene concordancias ideológicas y hasta políticas con la Revolución Ciudadana. Curioso es que los que protestan por esta “cercanía” entre Iza y el “correísmo” son esos dirigentes más antiguos, conservadores, esos que en 2017 dijeron que era preferible que gobernara un banquero a la “dictadura”.

Iza ahora está en una elección interna muy áspera. Sabe que su principal rival para alcanzar la candidatura es el prefecto del Azuay, Yaku Pérez, quien es visto con buenos ojos por cierta parte -ojo, cierta parte- de la derecha porque lo consideran que no es “radical”, a pesar de su posición contraria a la minería a gran escala. Una muestra es que ya la prensa privada califica a Iza como “radical comunista”, mientras que Pérez es parte de los “ambientalistas radicales más ilustrados”.

Iza apeló por la vía más obvia, pero quizás la menos eficaz a largo plazo. Sí, podrá convencer a los conservadores indígenas que es “anticorreísta”, pero en un hipotético escenario en el que sea el candidato de Pachakutik y pase a segunda vuelta contra el postulante de derecha, tendrá que acudir a las bases de la Revolución Ciudadana.

Y es que aunque provoque escozor entre muchos, hay muchas más similitudes que diferencias entre los grupos indígenas y el “correísmo”. Iza lo sabe, por eso, aunque ha dicho públicamente que “nadie lo obligará a ser ‘correísta’ o ‘anticorreísta’”, mide sus palabras. Ahora su reto está en saber manejarse si obtiene la candidatura por Pachakutik. Le resultará complicado, sin dudas, lidiar con una rancia dirigencia que durante décadas ha coqueteado con la derecha.

La novela está lejos de terminar. El jueves pasado, una parte de Pachakutik “eligió” a Yaku como candidato presidencial. Inmediatamente, la Conaie rechazó esta “designación” y anuncian que el 6 de agosto se reunirán para definir su postura. Hay bronca interna y dudo que haya humo blanco en los próximos días.

Espero que al interior del sector indígena haya nuevas voces, que se rebelen a esa clase dirigencial que cada 4 años lanza los dados. Solo la unidad del progresismo permitirá hacerle frente a la arremetida neoliberal que estamos sufriendo y que, si no se frena en 2021, terminará con este país.