El 2025 inició con un desastre ambiental en Ecuador. Ocho provincias han declarado estado de emergencia debido a las inundaciones provocadas por lluvias torrenciales, dejando al menos nueve fallecidos y miles de damnificados. Mientras las comunidades intentan sobrevivir en medio de la devastación, expertos advierten que el problema de fondo no es solo el cambio climático, sino una crisis ambiental agravada por la deforestación masiva y la falta de acción gubernamental.
La deforestación como detonante de la crisis
Ecuador ha perdido cerca de un millón de hectáreas de bosques entre 2001 y 2023, según organizaciones ambientales internacionales. Esta destrucción responde en un 99% a la expansión agrícola, especialmente en la región amazónica. Sin cobertura forestal, el ciclo hidrológico se ve afectado: la falta de árboles acelera la evaporación del agua y contribuye a la desertificación en algunas zonas, mientras que en otras provoca inundaciones más extremas.
Los efectos de la deforestación no se limitan a las inundaciones. En 2023, el país vivió una de sus peores crisis energéticas debido a la reducción de la capacidad hidroeléctrica, una consecuencia directa de la disminución del caudal de los ríos, agravada por la tala descontrolada.
Noboa y la falta de un plan ambiental
A pesar de la creciente evidencia de que la deforestación está impactando de manera directa la calidad de vida de los ecuatorianos, el gobierno de Daniel Noboa ha ignorado el llamado de expertos y activistas para tomar medidas concretas. No solo se ha negado a impulsar un programa de protección de bosques y biodiversidad, sino que ha promovido iniciativas que podrían acelerar aún más la destrucción de los ecosistemas.
Uno de los proyectos más controversiales es la propuesta de instalar bases militares extranjeras en territorio ecuatoriano, lo que implicaría la tala masiva de áreas naturales para la construcción de infraestructuras. Organizaciones ambientales han advertido que esta medida podría tener un impacto irreparable en los ecosistemas del país.
Exigen respuestas y soluciones urgentes
Mientras el gobierno sigue sin pronunciarse sobre políticas ambientales efectivas, la oposición y diversos colectivos ecológicos exigen medidas urgentes para mitigar los desastres naturales que afectan a miles de ecuatorianos. Las recientes inundaciones son un recordatorio del costo humano y ecológico de la inacción.
Hasta el momento, más de mil personas han sido desplazadas de sus hogares debido a la emergencia, y decenas de miles han visto afectadas sus fuentes de ingreso y seguridad alimentaria. En este contexto, los llamados a una política ambiental integral son cada vez más urgentes.
El futuro del país depende de la capacidad de sus líderes para enfrentar la crisis climática con decisiones responsables. Ecuador no puede permitirse seguir perdiendo sus bosques sin una estrategia de recuperación. La protección de la biodiversidad y la inversión en infraestructura sostenible deben ser prioridades inmediatas. De lo contrario, la población seguirá pagando las consecuencias de la negligencia gubernamental.
