Entrevista a Hernán Reyes, sociólogo y comunicador
Por Juan Carlos Cabezas
¿Es culpable la población ecuatoriana de la propagación del Covid 19 en territorio nacional?
Hay que entender que los temas de salud pública tienden a transformarse rápidamente en asuntos económicos. A partir de esa relación (salud y economía) no se puede negar que el Gobierno enfrenta una situación compleja, pues el manejo operativo frente a la emergencia ha sido deficiente. La compra de mascarillas podría hasta convertirse en un caso de corrupción, lo cual, en estos momentos, sería impresentable.
En cuanto a la pregunta, no se puede culpabilizar a la ciudadanía sobre algo que es responsabilidad del Gobierno.
¿Qué ha faltado en la comunicación gubernamental?
Calma en las afirmaciones que las autoridades emiten y no pedir a la ciudadanía, “esa serenidad” que sus voceros ignoran. ¿Cómo exigen mesura al familiar de una persona enferma a la que le niegan el ingreso a un hospital, o paciencia, a quien atraviesa graves limitaciones o carencias? El Gobierno carece “de estrategias para la mesura”, es incapaz de responder ante la coyuntura.
¿El comentario de la periodista Hinostroza se alinea con las expresiones gubernamentales?
En primer lugar, ¿Cuál Janeth Hinostroza?, ¿la de Canal o la que aparece en redes sociales?, la misma pregunta es válida para Carlos Vera. En redes sociales, endurecen el tono sin tener la preparación necesaria, no se trata tan solo de levantar la voz. Hinostroza se ha tornado en una especie de vocera gubernamental: el “alter ego” de un ministro que hasta monta en cólera para que la gente entienda “por las malas”.
Los usuarios de redes la denigran. Acabó con el escaso prestigio que le quedaba. Ya no representa el sentir de nadie. Su supuesta “proactividad”, se volvió una fuerza destructiva. Es una clara muestra del “periodismo pautado” o de esas personas que piensan que un post o un tuit como el enviado, no perjudican a nadie: subinformar o mentir le hace un daño enorme a la ciudadanía.
¿Era momento para hablar de la “cultura de la queja”?
En el Ecuador “existe una cultura de la desesperación”, de la demanda insatisfecha ante un Gobierno que ha tomado como única respuesta las evasivas. Lo demostrado en espacios de entrevistas como los de CNN, con María Paula Romo, genera todavía más desconfianza e incredulidad.
“La cultura de la queja” se muestra al momento de sacar una cédula o cuando un policía detiene a un conductor en la carretera. Estamos, definitivamente, en otro momento. Nos debatimos entre la angustia y la crisis. La población, como en ningún otro momento, se siente indefensa y desprotegida.