Quito, 19 nov (La Calle).-El canciller de Nicaragua, Denis Moncada, anunció este viernes la decisión de su país de desvincularse de la Organización de Estados Americanos (OEA). Denunció la Carta de la OEA, asegurando que es un “instrumento de injerencia que tiene como misión facilitar la hegemonía de EEUU”.
“Comunicamos a ustedes, al pueblo de Nicaragua y a la comunidad internacional, que hoy viernes 19 de noviembre, a las 8 de la mañana, enviamos al secretario general de la Organización de los Estados Americanos, una comunicación denunciando la Carta de la Organización de los Estados Americanos OEA. Estamos renunciando y desvinculándonos de esa organización”, sentenció el ministro de Relaciones Exteriores.
Entre las razones para romper los vínculos, el funcionario indicó que esta decisión está basada en su Constitución y en la petición de los otros tres poderes del Estado: Legislativo, Judicial y Electoral, que instaron a Ortega a denunciar la Carta de la OEA, tras rechazar la legitimidad de las recientes elecciones.
“Conforme el artículo 67 de la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados informo oficialmente nuestra indeclinable decisión de denunciar la Carta de la OEA, conforme a su artículo 143, que da inicio al retiro definitivo y renuncia de Nicaragua a esta organización”, sostuvo Moncada.
El canciller enfatizó en que su país respeta y defiende los principios que rigen el derecho internacional, el cumplimiento de la Carta de las Naciones Unidas, sus principios y propósitos de respeto a la igualdad soberana a los Estados y no injerencia en los asuntos externos.
Asimismo, reiteró que no son colonia de ninguna potencia y que reivindicaban la dignidad y el decoro nacional, en legítima defensa de su independencia y soberanía.
“El pueblo y Gobierno digno de Nicaragua renuncia a formar parte de esta organización cautiva en Washington, instrumentalizada en favor de intereses norteamericanos, convirtiéndose en constructora de injerencias y desacuerdos en prejuicios de los pueblos de América Latina y el Caribe”, puntualizó Moncada.
La Organización de Estados Americanos
Estados Unidos creó la OEA en 1948, al inicio de la primera guerra fría, como una alianza anti-socialista de regímenes derechistas. La reunión fundacional tuvo lugar en Colombia y fue organizada por el secretario de estado de EEUU, George Marshall, un fanático anti-comunista.
Uno de los miembros fundadores de la OEA fue la brutal dictadura nicaragüense del general Anastasio Somoza, cuyo régimen dinástico, patrocinado por EEUU, asesinó, torturó y desapareció a decenas de miles de sus compatriotas.
La Agencia de EEUU para el Desarrollo Internacional (USAID), una fachada de la CIA que Washington usó para financiar a la Contra, los escuadrones de la muerte de extrema derecha, en Nicaragua en la década de 1980, admitió en su informe interno en 2018 que la OEA “promueve los intereses políticos y económicos de EEUU en el hemisferio occidental, contrarrestando la influencia de los países que están en contra de EEUU como Venezuela ”.
Cuba fue expulsada de la OEA en 1962, después de su revolución. Y el gobierno chavista de Venezuela se salió de la OEA en 2019.
El mismo año que la OEA patrocinó el golpe de estado de extrema derecha en Bolivia, también reconoció a Juan Guaidó, el títere golpista de Washington, como el supuesto “presidente” de Venezuela. Aunque Guaidó no controla prácticamente nada dentro del país, su régimen paralelo creado por EEUU ocupa el puesto de Venezuela en la OEA.
Después de que Estados Unidos orquestó un golpe militar en Honduras en 2009, la OEA también ayudó a legitimar el nuevo régimen anti-democrático. Hizo lo mismo después de dos golpes de estado derechistas en Haití.
Además, la OEA apoyó las operaciones de desestabilización de Washington en Brasil, donde el gobierno del Partido de los Trabajadores fue derrocado en un golpe parlamentario suave, y el principal candidato presidencial, Lula da Silva, fue encarcelado por cargos falsos, otorgando al candidato de extrema derecha Jair Bolsonaro la victoria en la elecciones de 2018.
En 2019, la OEA orquestó un golpe de estado de extrema derecha en Bolivia, derrocando al presidente socialista Evo Morales, quien fue elegido democráticamente por el pueblo. La OEA inventó acusaciones falsas de “fraude electoral” para justificar la operación anti-democrática.
FUENTES: Telesur, Benjamín Norton, El Universo.