Quito, 20 sep (La Calle).-A casi dos meses de la consecución de la medalla de oro en levantamiento de pesas de los Juegos Olímpicos Tokio 2020 +1, la ecuatoriana Neisi Dajomes manifestó en radio La Calle, cuánto ha cambiado su vida tras el histórico logró y lo que espera para su carrera.
Evaluado estos casi 60 días concluyó que las “autoridades me reconocen más”, tuvo varias invitaciones de distintos dirigentes deportivos y gubernamentales, pero lo que más le gusto fue que “la gente, mi gente en la calle me reconozcan”, dijo.
Por ese cariño de las personas de a pie concluyó que: “ la medalla la logramos juntos”, comentó en el espacio La Calle Deportes del noticiero La Ventana. Y pidió que el “apoyo siempre deba seguir no solo cuando estamos en lo más alto”.
Nacida en El Puyo, provincia de Pastaza, el 12 de mayo de 1998, mencionó que durante la disputa del metal dorado “sentía esa fuerza sobrenatural que era Dios y de mi gente ecuatoriana, lo hicimos juntos, siempre ese apoyo de los ecuatorianos va a ser la diferencia”.
Con la presea dorada en la categoría 76 kilogramos de levantamiento de pesas alcanzó el techo de un deportista, sin embargo, y con tan solo 23 años ya busca nuevos retos. “No me gusta decir lo que trato de lograr. Lo único que puedo prometer es que siempre voy a dar lo mejor de mí”, sostuvo.
Tras el merecido descanso, Neisi empezará en octubre la preparación para el nuevo ciclo olímpico con la intención de clasificar a la olimpiada de París 2024 y únicamente de la mano de Mayra Hoyos, Walter Llerena y Alexei Ignatov, quienes a decir de la campeona olímpica “son los únicos entrenadores a los que les entregaría su puesta a punto”.
También habló sobre la “situación extraña”, como calificó a lo que sucedió con el falso positivo por Covid-19 en León, España, que casi la deja fuera de competir en la capital japonesa. “Fue algo demasiado turbio, pero nos hizo más fuertes”, declaró.
En cuanto a lo que va a hacer más allá de las pesas contó que va a estudiar sicología deportiva en la universidad San Francisco de Quito, luego establecerá sus tiempos para estudiar veterinaria, porque “me encantan los animales”, sostuvo entre risas.
Museo olímpico
Reseñó que aún no tiene decidido qué va a donar al museo olímpico, como es costumbre por pedido del Comité Olímpico Internacional (COI), entre las opciones está el uniforme y el turbante que usó en la competencia, pero “lo estoy pensando porque “la licra, los zapatos, las medias y el turbante fueron mi armadura. Aún no me decido”, apuntó.
