Quito, 25 dic (La Calle).- El consumo de alcohol está en aumento a nivel global, siendo la droga legal más consumida en la mayoría de los países, especialmente entre los jóvenes. Durante eventos festivos como la Nochebuena y la Navidad, las bebidas alcohólicas suelen desempeñar un papel central. Sin embargo, el impacto en el cuerpo de ingerir cantidades superiores a la norma en un corto período de tiempo es crucial para comprender los efectos y los riesgos asociados.
Según David Nutt, experto en neuropsicofarmacología, el alcohol, al ser tóxico, requiere que el cuerpo trabaje intensamente para eliminarlo. El hígado, en condiciones normales, tarda aproximadamente una hora en descomponer una unidad de alcohol (10 ml). No obstante, el consumo repetido ralentiza este proceso, extendiendo el tiempo que el etanol permanece en el torrente sanguíneo hasta 12 horas.
Megan Rossi, especialista en salud intestinal, destaca que los bebedores de mediana edad experimentan mayores dificultades debido a la disminución de una enzima llamada alcohol deshidrogenasa (ADH) que ayuda a descomponer el alcohol en el hígado. Esta disminución, que comienza alrededor de los 50 años, resulta en la acumulación de productos tóxicos derivados de la oxidación del alcohol, causando síntomas como náuseas y dolores de cabeza.
¿Cómo influye el modo en que se consume alcohol?
El modo en que se consume el alcohol también influye en sus efectos. Según Francisco Dadic, director de Toxicología, el alcohol afecta directamente los vasos sanguíneos, provocando hipotermia y potencialmente hipoglucemia. La cantidad, la graduación alcohólica y la velocidad de consumo impactan la intensidad de los malestares al día siguiente, que pueden incluir dolor de cabeza, náuseas, vómitos y diarrea.
El secreto para evitar el malestar del día siguiente
La hidratación juega un papel crucial, no solo para diluir la concentración de alcohol en el cuerpo y prevenir efectos nocivos agudos, sino también para evitar la resaca, que se relaciona principalmente con la deshidratación.
En caso de un consumo excesivo, Dadic aconseja que: “en caso de un consumo agudo y de que la persona tenga una descompensación, lo que se debe hacer es colocarla en una posición lateral de seguridad, o sea de costado, para evitar que, si llega a vomitar se aspire (…) Es importante que la persona no se ponga boca abajo, y que tampoco se acueste boca arriba, sino siempre de costado”.
Asimismo, expertos recalcan la importancia de nunca conducir un vehículo luego del consumo prolongado de alcohol.
JR