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Nadie puede cortar, en contra de su voluntad, el cabello de niños, niñas y adolescentes

Quito, 4 de sep, (La Calle).-Niños y niñas ocupan los sillones de las peluquerías de la ciudad. Es una tradición que, antes del inicio de clases, se corten el cabello bajo la mirada complaciente de sus padres.

Más allá de la tradición, profesores, padres de familia, autoridades administrativas y demás, deben tener claro que no existe ley que obligue a que niños, niñas y jóvenes luzcan un determinado corte de cabello o estilo para ingresar a clases, esto a pesar de la decisión de un juez en Manta al respecto.

No fue el único hecho de los últimos meses sobre el tema, en Latacunga, provincia de Cotopaxi, un profesor de educación física fue separado por cortar de forma arbitraria el cabello a sus estudiantes en el patio de la escuela.

Los testimonios sobre estos temas son muchos. Edison López, padre de familia, contó hace poco esta historia, “mi hijo adolescente durante algún tiempo lució un peinado tipo cresta o punkero. Fue su decisión y como padre la respeté. Un día me llamaron del colegio y me pidieron que se corte el pelo de manera tradicional. Yo les pregunté en sentido de burla, ¿cuántos centímetros son admitidos?, y me lo sigo preguntando”.

¿Qué dice la Ley?

El artículo 6 del Código de la Niñez y la Adolescencia establece que “todos los niños, niñas y adolescentes son iguales ante la ley y no serán discriminados por causa de su nacimiento, nacionalidad, edad, sexo, etnia; color, origen social, idioma, religión, filiación, opinión política, situación económica, orientación sexual, estado de salud, discapacidad o diversidad cultural o cualquier otra condición propia o de sus progenitores, representantes o familiares. El Estado adoptará las medidas necesarias para eliminar toda forma de discriminación”.

El artículo 37 establece que es necesario “respetar las culturas y especificidades de cada región y lugar” y que se contemple propuestas educacionales flexibles y alternativas para atender las necesidades de todos los niños, niñas y adolescentes, así como, que se respete las convicciones éticas, morales y religiosas de los padres y de los mismos niños, niñas y adolescentes.

Sybel Martínez, quien fuera vicepresidenta del Consejo de Protección de Derechos de Quito, sugiere a los padres, denunciar en caso de que a sus hijos o hijas se les quiere cortar el cabello a la fuerza.

“Pueden denunciar en las respectivas juntas de protección de derechos, pues se estaría violando el desarrollo a la personalidad. Además, la libertad estética está consagrada en la Constitución”.

En 2017, defendimos una adolescente que se rapó el pelo en el Colegio Militar por el uso constante de la pisicina de la institución. Simplemente tuvo que raparse el cabello, sin embargo, el colegio quería que la la chica use peluca”. Finalmente, se falló a favor de la adolescente.

“Cuando se juzga a un niño que utilice un pearcing, un afro, están vulnerando sus derechos. El ámbito educativo no puede ser un espacio para restricciones. La finalidad de la educación es el desarrollo pleno de la personalidad del estudiante”. Los chicos y chicas tienen “derechos no derechitos”.