Quito, 19 oct (La Calle).- El asesinato de Juan Carlos Orellana, alias «Rabito», avecina un posible choque de violencia entre bandas criminales al sur de Guayaquil. Según medios locales, el sujeto habría pertenecido a un grupo delictivo liderado por alias «Samir». En redes sociales se viralizó su sepelio, hombres armados descargaban sus pistolas y fusiles al aire como forma de despedida.
El hecho se registró la noche del domingo 16 de octubre en el barrio Floresta, en el Guasmo, al sur de la ciudad porteña. La Policía Nacional no ha emitido ningún pronunciamiento al respecto.
Los moradores del sector finalizan sus actividades y retiran a sus hijos de la escuela más temprano por temor a los rumores sobre enfrentamientos entre las pandillas. Además, las calles del sector fueron resguardadas por militares debido a posibles balaceras, reportó Minuto & Medio.
El 2022 ha sido uno de los años más violentos en la historia del Ecuador. La tasa de muertes violentas aumentó de 13,83 en 2021 a 15,48 por cada mil habitantes en este año.
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En otro video, al menos ocho personas están armadas en el acto fúnebre. El cadáver es velado junto a una pistola y gafas blancas. «Mataron a «Rabo», pero los vamos a matar», dice uno de los antisociales mientras reitera su pertenencia a una de las bandas más peligrosas del Ecuador: Los Lagartos.
Sobre Los Lagartos
Según un informe de Insight Crime, fundación dedicada a investigar el crimen organizado en la región, Los Lagartos operan principalmente en el Guasmo. Tienen una fuerte rivalidad con Los Choneros. Sus conflictos han generado grandes niveles de violencia en las calles y en el sistema penitenciario por el control de las economías criminales.
Al inicio fue un grupo dedicado al sicariato de bandas más grandes. Sin embargo, con el tiempo entraron al microtráfico y otras actividades delictivas.
