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Mito vs Ciencia: ¿Por qué el río Nilo se tiñó de rojo?

Quito, 18 nov (La calle).-  El río Nilo que fluye hacia el norte de África ha generado impacto en redes sociales por teñirse de rojo. Este evento ha colocado sobre la mesa varias hipótesis contrarias, una relacionada a la biblia y otra explicación científica.

Se cree que el río Nilo se tiñe de rojo por un presagio relatado en el libro bíblico del Éxodo, cuando Dios castigó a los egipcios por no liberar a los israelitas de la esclavitud. Sin embargo, esta explicación no tiene fundamento científico, y se basa en una interpretación literal de un texto antiguo que puede tener un significado simbólico.

¿Qué dicen los expertos?

En un reciente estudio científico publicado en la revista Aquatic Ecology, los especialistas analizaron las características y efectos de las algas rojas en el Río Nilo. Cindy Fernández García, del Centro de Investigación en Ciencias del Mar y Limnología, explicó que este fenómeno se desencadenó debido a la presencia de diatomeas y dinoflagelados, componentes del fitoplancton.

Las algas rojas, también conocidas como cianobacterias, son microorganismos fotosintéticos que producen pigmentos rojos. Su rápida proliferación, favorecida por condiciones como altas temperaturas, exceso de nutrientes y contaminación, generó una floración que cubrió extensas áreas del río, alterando no solo su apariencia, sino también su calidad y biodiversidad.

Las consecuencias de estas floraciones van más allá del aspecto visual, ya que algunas algas rojas pueden producir toxinas perjudiciales para la salud humana y animal, provocando irritaciones, alergias e incluso intoxicaciones. Además, estas floraciones pueden desequilibrar el ecosistema acuático, afectando la vida de peces, plantas y otros organismos.

Este fenómeno no es exclusivo del Río Nilo, ya que otros cuerpos de agua, como el lago Keālia en Hawái o el río Yangtsé en China, también han experimentado cambios de color debido a las algas rojas. Estos eventos, cada vez más frecuentes, se atribuyen al cambio climático y la actividad humana, que favorecen el desarrollo de estas algas. (JMC)