Quito, 19 nov (La Calle).- «Parece que sí. Buenas noches a todos, los que están presentes, en la calle festejando y sobretodo a los argentinos de bien porque hoy empieza la reconstrucción de Argentina». Así empezó su discurso el presidente electo de Argentina, Javier Milei.
Empezó con los agradecimientos. «Es una noche histórica para Argentina. Gracias a todos los que hicieron que fuera posible. A todos los que trabajaron para obtener el milagro de un presidente liberal libertario. Gracias a Karina, mi hermana, sin ella no hubiera sido posible. Quiero agradecerle a ese gigante que se mantiene en la oscuridad, Santiago Caputo. Gracias a todos los integrantes de la libertad avanza».
También se tomó el tiempo para agradecer al expresidente Mauticio Macri y la excandidata Patricia Bullrich. «Dijimos que los votos estaban, pero había que cuidarlos y vaya que lo hicieron. Quiero agradecer a Macri y Bullrich que desinterasadamente pusieron la mano para apoyar el cambio que la Argentina necesita. Hoy comienza el fin de la decadencia, volvemos a tomar el camino que nunca debimos perder. Hoy se acaba la idea del Estado omnipresente, de que es un botín para repartirse. Retomamos las ideas de nuestros fundadores».
Esas ideas se basan en tres premisas: un gobierno limitado que cumple sus compromisos, respeto a la propiedad privada y el comercio libre. «Basta del modelo empobrecedor de la casta, hoy abrazamos el modelo de la libertad para ser potencia mundial».
Milei agregó «siempre que quieran sumarse al cambio, serán bienvenidos. Sabemos que hay gente que se va a resistir, a ellos quiero decirles: dentro de la ley todo, fuera de la ley nada. En esta Argentina seremos implacables con quienes quieran mantener sus privilegios».
Dijo que la crisis necesita de cambios claros. «No hay lugar para la tibieza».
El presidente electo numeró entre los problemas a la «inflación, estancamiento, falta de empleo, inseguridad, pobreza e indigencia» y que solo pueden ser solucionadas por medio de la política liberal. «Sin lugar a dudas hoy vamos a festejar». Se tardó dos horas en salir a dar su primer discurso en el que también expresó que mañana empezaremos a trabajar para cambiar a la Argentina».
Con un tono solemne, el nuevo mandatario no se olvidó de gritar al final: «Viva la libertad ¡carajo!» (MIB)