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Mercenarios y democracias en pandemia en Latinoamérica | Opinión

Por: Alexis Ponce / defensor de Derechos Humanos

Se usaron en Colombia y en Manta se abrió una agencia a la sombra de la base militar o FOL gringo, bajo la figura de “contratistas privados” para intervenir en el largo conflicto interno y la guerra de baja intensidad en los ’90 hasta los años 2006.

Luego, en Venezuela, hace pocos años, decenas de mercenarios privados llegados de Colombia, en su mayoría ex- soldados y paramilitares desmovilizados, fueron detenidos incluso en Caracas para cometer magnicidios actos de terror y crímenes políticos. Luego fueron públicos los audios de Guaydó con un negociante de mercenarios en EEUU.

Más tarde, hace poco, en Bolivia, se usó mercenarios privados, en su mayoría estadounidenses, venezolanos y cubanos de extrema derecha de Miami y La Florida, que se contratarían para provocar violencias, atentados y ejecuciones que impidan la ascención de mando del presidente electo Luis Arce.

Y ahora, hace poquísimos días… en Haití: usando mercenarios colombianos (ex militares en servicio pasivo, y al menos uno de ellos procesado por Falsos Positivos) y gringos que llegaron días atrás y mataron al presidente haitiano.

Preocupa cada vez más el creciente uso de mercenarios para imponer “soluciones” y torcer destinos y democracias que no les gusta a las élites. Pero ningún gobierno y menos aún la OEA, condena el uso creciente de mercenarios.

¿Qué es un mercenario? Es un tipo que, a cambio de dinero, que le entrega un tipo tan o más aborrecible, va a otro país para matar, hacer la guerra y aterrorizar. A cambio de dinero. El Congo primero, después Angola y el Africa entera luego, fueron tristemente célebres escenarios del Mercenarismo europeo y gringo. Patricio Lumumba, presidente del Congo, fue una de sus víctimas más connotadas. Hasta que la ONU lo condenó como un delito mundial y práctica delictiva que debe perseguirse.

Inna, la querida periodista rusa del espacio “Ahí les va”, fue la primera en tratar el tema tiempo atrás. (Ver su vídeo)

“Eres un genio”, le escribí. Y añadí:

“Lograste acertar en tu análisis sobre estas ‘democracias latinas en pandemia’, acerca del uso creciente de mercenarios, que podría ser el nuevo formato de las “Derechas Alt” o ‘nuevas’ extremas derechas en el poder o la oposición en Latinoamérica”.

Y es que poco tiempo después el magnicidio en Haití le dio toda la razón a la inteligente tovarich del periodismo crítico.

En Haití ayer 8 de julio se develó que una veintena de “extranjeros” ya detenidos, entre ellos 2 estadounidenses y decenas de colombianos, en su mayoría MILITARES EN SERVICIO PASIVO; con los dos gringos entraron (al estilo Congo Belga en los ’60) a la zona de la casa presidencial en jeeps Nissan, con armas letales gritando como en un film de Benicio del Toro: “¡Somos de la DEA!”. EEUU se apresuró a decir que los criminales nada tuvieron que ver con la DEA. Y de los primeros presidentes latinos, sino el primero, que condenó el magnicidio fue… ¿adivinan? Duque, DE COLOMBIA.

MERCENARIOS: PANDEMIA REGIONAL DE LAS ULTRADERECHAS PARA DESCOMPONER LAS DEMOCRACIAS PANDEMICAS DE AMERICA LATINA.

Si a eso le sumamos “El Nuevo Vuelo del Cóndor” (armas letales para Añez, la dictadora de Bolivia, enviadas por Moreno de Ecuador y Macri de Argentina) … ¡Bingo! El ajedrez está ya puesto. Y nadie dirá nada. Y nadie condenará nada. Y nadie actuará. Cuando es URGENTE una coordinación regional inmediata.

Hasta tanto, abrazos y aplausos a Inna por haber sido la primera en decirlo.

¡Dasvidánya!