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Manabí y su lucha eterna por el agua potable

Gema Valdez Vera, redactora

Quito, 02 feb (La Calle). – El agua en Manabí es una deuda acuciante que parece prolongarse en el tiempo. De acuerdo al último censo de población y vivienda realizado por el Instituto Estadístico y Censos (INEC) en 2010, el 22,84% de los 330.917 hogares manabitas se abastecían de agua de pozo; el 9,29% de agua de río y el 15,85% de las precipitaciones de invierno.

Ya la Constitución del Ecuador de 2008 reconocía en su artículo 12 el acceso al agua como un derecho humano, fundamental e irrenunciable; sin embargo, conseguir agua potable y limpia se ha convertido en todo un reto diario para la mayoría de habitantes de la provincia.

Carmen López, moradora de la parroquia rural Canoa, se entristece al recordar los días más rigurosos del confinamiento. “Encerrados en la casa escuchábamos en las noticias que debíamos lavarnos las manos; aquí en Canoa no había agua, ni dinero para comprar al tanquero, lavábamos los platos o la ropa y el agua que quedaba del enjuague lo usábamos para lavar los pies”.

En zonas periféricas y rurales se solventa cavando pozos hasta encontrar vertientes de agua, en cambio, en otros sectores el servicio es inestable, normalmente se deben comprar tanques con agua que tienen un precio promedio de $15,00 y $30,00.

En ciertos cantones, por ejemplo, El Carmen, se realiza el suministro por medio de repartidores municipales de forma “gratuita”. “El costo de los tanques con agua es costoso, por eso la gente prefiere llamar a los repartidores municipales porque son gratis. En la práctica igual tienes que darles algo a los que van a dejar el agua, porque si no ya no quieren ir. Algunas veces se les da ente $1,00 a $5,00, una botella de gaseosa o cosas así”, manifiesta Fernando López, habitante del cantón El Carmen.

Agua de pozo y tanques elevados

En Manabí, casi todos los cantones se abastecen a través de redes públicas de agua que provienen de pozos profundos, ríos o tanques elevados, desde donde se envía el agua sin tratamiento alguno a los domicilios. A esto se suma la falta de saneamiento en las tuberías, algunas tienen más de veinte años sin su debido mantenimiento o cambio.

Entre los cantones que presentan mayores dificultades en la provisión del recurso están: Flavio Alfaro, Paján, Olmedo, Jaramijó y Montecristi.  Manta y Portoviejo son las ciudades con mayor provisión de agua potable de carácter público en Manabí. En otros cantones como Chone, Jama y Pedernales, el gobierno anterior potencializó y creó plantas de tratamiento de agua potable, sin embargo, estas obras no han solucionado el problema en la provincia.

El reto de generar una provincia sostenible es un tema pendiente en Manabí, por lo que se requiere mejorar en todos los servicios básicos y es urgente tomar las acciones necesarias para que todos tengan las condiciones adecuadas y la garantía de acceder a este recurso tan importante como lo es el agua, de manera equitativa.

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