Quito, 20 sept (La Calle). – En Twitter y tras la grave conmoción que ha generado la desaparición de María Belén Bernal, muchos han criticado el accionar de instructores y cadetes dentro de la Escuela Superior de Policía (ESP). La periodista Viviana Erazo narró como sus excompañeros de colegio – que habrían ingresado a la ESP no pueden si quiera hablar con sus compañeras cadetes si un oficial las está acosando.
«Una vez salí a un bar con amigos, entre ellos, ex compañeros que estaban en la ESP. Al bar entró una chica muy guapa que casualmente también estaba en la ESP. Ellos la conocían, sin embargo no la saludaron, pero hablaron entre ellos», explica Erazo.
¿Cual era la razón? Uno de los superiores estaba merodeando a esa cadete. «A esa cadete no se le puede ver porque ya es de mi Capitán” escuché decir a uno.
– ¿Es de mi Capitán? Le pregunté… entonces me explicaron que si alguien de rango superior pone los ojos en una Cadete, a esa chica otro hombre no se le puede acercar».
Si se rompe esa ‘regla’, el cadete en cuestión puede ser sometido constantemente a castigos, prohibirle los francos e incluso llegar a expulsarlo de la ESP. «Solo por tocar a la mujer de su superior”. Superior que seguramente es casado y tiene hijos».
Acoso sistematizado
Las cadetes mujeres que ingresan a la Escuela Superior corren el riesgo de convertirse en objeto de acoso por parte de los oficiales instructores. En esta historia, el oficial que perseguía a la chica era 10 años mayor y ella no quería nada con él. Sin embargo, el rechazo habría impedido que siga desarrollando sus actividades y truncaría su sueño de ser subteniente.
«La chica consideró que no tenía otra opción que responderle los mensajes, aceptar las salidas». Además que denunciar no es una opción. Sus superiores no le creerían y el compadrazgo dentro de los rangos superiores empeoraría la situación para ella.
Las fiestas
El usuario de Tik Tok, Francisco Carvajal compartió un video de dos partes, donde se escucha a un oficial reclamar a la tropa por el bullicio que hacían en horas de la madrugada ocurrió en Pedro Moncayo, provincia de Pichincha.
En el audiovisual se escucha música en alto volumen y alguien que golpea una puerta. «Hagan el favor de abrir, oficiales, soy el subteniente Piñeiros», dice una voz. «Tengo filmado cinco minutos, si no me abren y se retiran, llamo al 911 y a un mayor o coronel. Deben aprender a respetar el sueño de todo el personal de tropa. (…) Con este vídeo compruebo que los oficiales estaban tomando. Son sinvergüenzas».
Tras la llamada de atención, uno de los capitanes va a hablar con Piñeiros. «Se le huele el aliento a licor», le dice al oficial, quien responde «No hay la necesidad de que me grabe. Usted es un ser humano, usted fue joven alguna vez».