Quito, 5 feb (La Calle).- El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, ha dejado claro que los BRICS no son un club de sumisos que deban pedir permiso a Washington para tomar decisiones sobre su futuro económico. En una declaración firme y sin rodeos, Lula respondió a las amenazas de Donald Trump, quien advirtió con imponer aranceles del 100% a los países del bloque si optaban por reducir su dependencia del dólar en el comercio internacional.
«Ningún país, por más importante que sea, puede pelearse con todo el mundo todo el tiempo», dijo Lula en una entrevista con radios de Minas Gerais, enfatizando que los BRICS representan prácticamente la mitad de la población mundial y un porcentaje similar del comercio exterior. «Tenemos derecho a debatir una forma de comercialización que no dependa solo del dólar», añadió con la seguridad de quien sabe que los tiempos han cambiado.
Mientras Trump se aferra al viejo sueño de un mundo unipolar, los BRICS siguen consolidando su influencia.
Con la reciente adhesión de Arabia Saudita, Egipto, los Emiratos Árabes Unidos, Etiopía, Irán e Indonesia, el bloque se ha fortalecido como una alternativa real al dominio financiero de Estados Unidos. Además, la lista de países socios sigue creciendo, con Bielorrusia, Bolivia, Cuba, Kazajistán, Malasia, Nigeria, Tailandia, Uganda y Uzbekistán en la fila de aliados estratégicos.
Lejos de amedrentarse ante las amenazas de Washington, Lula insistió en que Brasil y sus socios deben centrarse en sus propios intereses sin ceder a las provocaciones. «No podemos perder tiempo preocupándonos por Trump. Lo que importa es lo que es mejor para nosotros y para el mundo», sentenció, dejando claro que Brasil, como actual presidente del bloque, no permitirá que el miedo dicte la agenda de los BRICS.
El mensaje es claro: el mundo ya no gira solo alrededor de Estados Unidos y el dólar no es el único eje del comercio global. Los BRICS avanzan hacia una mayor autonomía y, aunque Trump patalee, el cambio es inevitable.