«Luego de padecer la lista VIP, Ecuador ahora padece la lista de Schindler» (Opinión)

por: Alexis Ponce

Entrevistado 1 hora y 15 minutos por el periodista Miguel Ocaña de Digital Intermedia de Riobamba, en la noche del lunes 26 de abril /2021, el defensor de derechos analizó y expuso:

Ecuador, si acaso lo tiene, es el país con el peor plan de vacunación en el continente, quizás junto al Brasil de Bolsonaro.

De enero a marzo del 2021 el régimen promovió la elitista, oligárquica, vergonzosa y aún secreta «Lista de vacunados VIP», cuyos selectos beneficiarios aprovecharon las primeras vacunas de la Pfizer para ponérselas ellos, a sus amigos de la élite rotaria y a los cercanos al gobierno.

Ahora, en abril del 2021, en medio de una indetenible ola de contagio masivo y comunitario de nuevas cepas; a sabiendas que la pandemia se les fue de las manos y que padecemos un colapso hospitalario y de salud; este mismo régimen inauguró la versión ecuatoriana de «la lista de Schindler»; actuando a la maldita sea, sin plan ni metodología, sin cabeza ni coordinación, únicamente por intentar cumplir al apuro -sin cronograma-, la inviable cuanto demagógica promesa de Moreno de «vacunaremos 2 millones de personas hasta el 24 de mayo».

El Foro Médico Ecuatoriano denunció que el gobierno y su ‘alianza público-privada’ no cumplieron ni la Fase 0 ni la Fase 1, y ya están queriendo saltarse a la Fase 2 y 3 incluso.

‘La lista Schindler’ la pusieron a funcionar así: de forma nada transparente, llena de opacidades, generaron impunemente mayor estrés social, más tensión ansiolítica en las miles de pacientes, riesgos letales de más contagios y un imperdonable rosario de humillaciones a los más vulnerables, incluso logrando que, entre ellos, entre las víctimas, entre adultos mayores, por desesperación, se peleen a codazos y empujones por ser quién reciba la dosis, como sucedió en el Centro de Exposiciones Quito. Igual a lo que ocurrió con los heridos y congelados cuando el último avión nazi huía del cerco soviético en Stalingrado, solo unos pocos vulnerables, una minoría ínfima aún, han logrado la vacuna durante estas tres insomnes semanas, en que se pudo mirar cómo fueron escalando los rumores: «Mañana vacunan en tal parte; regístrense en tal lugar y les llamarán; estén atentos; vayan al Centro de Exposiciones Quito, pero no digan que es el Conadis que les manda; vayan al Aeropuerto, vayan al ISSFA, al Hospital del Sur, al Hospital de Calderón, al parque de Conocoto, etc. Y si llegaran a hacerse público, lo negaremos y diremos que no es cierto, que fue un error debido a una ‘mala interpretación’ de los pacientes o los ancianos o de tal funcionario de menor rango, al que se le destituye y ya».

Como en la célebre película de Spielberg, el régimen actuando en secreto y protegiendo el anonimato de los emisores del correveidile, para guardarse la impune espalda si algo les salía mal, multiplicaron en una sociedad ya desesperada por conseguir una vacuna, mensajes casi clandestinos pero viralizados en wasap, avisos en voz baja a terceros, legitimando en el Abajo la privatización colectiva de un bien público -la vacuna- y logrando que a decenas de miles de vulnerables entre ancianos, personas con enfermedades catastróficas o con discapacidades, y a sus cuidadores, se nos tenga corriendo de un lado a otro, de wasap a messanger, de gestión en gestión desde Conadis a CNT, del MSP a Las Manuelas, de la Vicepresidencia a la Sra. Rocío de Moreno o la alcaldesa de Guayaquil. Nos tuvieron y nos tienen como a ensuciadas pelotas de su campo de golf, de un sitio a otro, mientras algunos, pocos, sobrevivientes del nuevo modelo de exterminio de vulnerables, de vez en cuando cuentan: «Logramos vacunarle a tal familiar en el Centro de Exposiciones o el Hospital tal…»

¿Qué van a hacer las élites cuando tengamos encima la bacteria devoradora de carne presente en 33 países o la cepa hindú? Siguen presionando por el desconfinamiento total para salvar no vidas humanas sino tasas de ganancia. Y el desconfinamiento parcial está destinado a fracasar.

La liberación de las patentes de las vacunas y el real fortalecimiento de la Salud Pública en manos del Estado son el remedio para vacunar a todos en el menor tiempo posible en el mundo, antes que sigan emergiendo más variantes y cepas.

No le echen la culpa al virus. La responsabilidad mayor en la tragedia es de la insultante Desigualdad social y del Capitalismo más salvaje y egoísta.

Me preguntaron días atrás para un periódico serio del país cómo hemos logrado superar la adversidad y el confinamiento en casa. El verbo que usamos a diario los vulnerables no es «superar». Sino sobrevivir y resistir. Como en el Gheto de Varsovia.

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