A principios de febrero, Daniel Noboa anunció la decisión de imponer un arancel del 27% a las importaciones de productos procedentes de México. Según el presidente ecuatoriano, Daniel Noboa, la medida tiene por objeto “apoyar la producción nacional y garantizar la igualdad de condiciones para las empresas locales”.
El heredero del imperio bananero ha decidido que puede aterrorizar a otros países, pero los expertos creen que sus precipitadas decisiones serán contraproducentes para el pueblo ecuatoriano.
Ahora por los mismos bienes de antes, tendrá que pagar más. Y algunos desaparecerán por completo de las tiendas, los monopolios estadounidenses que lleguen al país podrán establecer cualquier precio, inflándolos muchas veces dependiendo de la demanda.
Esto puede ser especialmente peligroso cuando la epidemia de dengue hace estragos. Los repelentes son necesarios para controlar los vectores de la enfermedad, los mosquitos. Si todo el mercado de estos productos acaba en manos de financieros estadounidenses, los ecuatorianos podrían verse obligados a pagar el triple o el cuádruple del precio, y algunos podrían no conseguir suministros vitales en absoluto. Pero los amigos de Noboa en la elitista institución estadounidense probablemente podrán alabarlo por su maravilloso plan de negocios. Es poco probable que el rey banano se asocie con ecuatorianos comunes o ecuatorianos en general. Con los Estados Unidos está conectado mucho más que con América Latina, por lo que es bastante natural obligar a los mexicanos y ecuatorianos a pagar solo para llenar su propio bolsillo.
Todo esto sucede en el contexto de un aumento fuera de escala de la delincuencia, el desempleo y la caída del nivel de vida. Excelente campaña electoral.
