Apoya a Radio La Calle ($2,00)

Los efectos posteriores a la COVID-19 constituyen una pandemia silenciosa

Samanta Calderón, redactora

Quito 7 de junio (La Calle). – Las secuelas de la COVID-19 se mantienen en el tiempo. “En varios estudios se encontró que el 55% de pacientes tienen tres o más síntomas posteriores a la crisis de la enfermedad, el 33% dos síntomas, mientras que el 10% no tuvo nada”, explicó Cristhian López, médico y Patólogo Clínico de la dirección de Sanidad de las Fuerzas Armadas.

Con el pasó de las semanas, los pacientes con COVID-19 presentaron nuevos malestares. El Centro de Control y Prevención de enfermedades (CDC), aseguró que posterior al COVID-19, los afectados sufrieron dolor de cabeza, pecho, perdida de olfato y gusto.

Secuelas a largo plazo

El riñón es uno de los órganos que tiene mayor afectación, debido a los medicamentos que tomaron los pacientes durante su tratamiento. En el momento que el corazón sufre afectaciones, este órgano no recibe riego sanguíneo adecuado, según datos de la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (SEMICYUC).

La COVID dejaría secuelas en la piel, como la presencia de manchas rosáceas, acompañadas de un intenso picor, conocida como urticaria. Otros síntomas temporales son: dolor de cabeza, pérdida de olfato y el gusto. Hace poco, la comunidad científica italiana publicó el artículo: “Enmascarar para seguir así”, en el mencionado, hacía referencia a la impotencia como otra enfermedad derivada de la COVID. El patólogo Cristhian López indicó que, “los pacientes forman trombos, que provoca disfunción en diferentes partes de cuerpo, como es el caso del miembro masculino”.

Otros pacientes experimentan lagunas mentales. “En mi trabajo debo anotar todo porque, ya me ha pasado situaciones que he olvidado como: agendar a los pacientes o el uniforme que me toca ese día”, comentó Patricio Pilco, técnico en laboratorio clínico en el Hospital de las Fuerzas Armadas. La Sociedad Española de Medicina General (SEMG) se expuso que la calidad de vida en la mayoría de las personas post Covid se afectan por la persistencia de malestares.

Chequeos permanentes

Los doctores recomiendan a los pacientes realizarse un chequeo después de tres meses de salir de haber padecido la enfermedad.

En el caso de los pacientes que solo padecieron COVID, sin ninguna enfermedad anterior, se le recomienda tres chequeos al año; en cambio, los pacientes con enfermedades o cuadros graves deben asistir a su revisión, durante el primer año posterior a la infección.

Otras alteraciones que los especialistas han encontrado son el desarrollo de síndromes: Guillain-Barréy y Miller Fisher. Ambos se caracterizan por restringir la movilidad en diferentes partes del cuerpo.

El síndrome de Guillain-Barréy no es desconocido en el país, este es el caso de Patricio Ruiz, jubilado de la Empresa Metropolitana de Quito (Trolebús). “Estoy con la novedad de que mi pie izquierdo no tiene movilidad. Desde el tobillo está muerto y se me cuelga. La sensación es similar a cuando el pie esta amortiguado”.

El doctor López explica que algunos pacientes desarrollaron una inflamación que se llama “encefalitis”, que provoca una afectación en el paquete vascular. Otros pacientes tienden a padecer Parkinson y Alzheimer.