Quito, 25 jul (La Calle).- La Avenida Amazonas, al centro norte de Quito, se convirtió en el escenario para el desfile de los diablos de Cantuña, Alangasí, Píllaro, Riobamba, entre otros. El evento fue organizado por la Administración Zonal La Mariscal.
Desde hace siete años esta actividad cultural se toma las calles de la capital. Para la coordinadora cultural de la Administración Zonal de La Mariscal, Janeth Guerrero este evento retrata la expresión de un diablo rebelde ante la imposición del catolicismo por parte de los españoles.
El ambiente de esta procesión estuvo acompañado de música de banda, bailes folclóricos y la picardía de cada colectivo que personificó a su manera la imagen del diablo, un ser malvado que no sigue reglas.
Encabezando el desfile estaban los diablos de Cantuña, quienes retrataban los pecados capitales e interactuaban con los ”pecadores” del público. Para Arturo Rueda, miembro de este colectivo, su objetivo es revitalizar a una de las leyendas más conocidas de Quito.
A este desfile también se sumaron los habitantes de calles. Guerrero señaló que este colectivo denominado ”Los diablos traviesos” fue una iniciativa del Municipio y del Patronato San José para recuperar la vida social y personal de muchas personas.
Ya es el tercer año en el que participan en este desfile. ”Nosotros hacemos una representación artesanal del diablo con papel y otros recursos”, dijo Marcelo Báez tallerista del colectivo.
También estuvieron presentes los diablos de hojalata provenientes de Riobamba, provincia de Chimborazo, con una visión interesante sobre el personaje del diablo.
Wilson Arias, miembro del colectivo, explicó que los diablos le hacen honores al niño Jesús y bailan para él. ”Los diablos dan el mensaje de que hay un Dios y todos deben respetarlo”, resaltó.
Los diablos de Alangasí no se quedaron atrás y también fueron parte de este evento. Según su representante, Max Robalino ellos retratan al ”Aya Huma” también conocido como ”cabeza de diablo” y principal personaje del Inti Raymi.
”No somos los diablos implantados por el catolicismo sino un personaje que cuida a los demás, no es la parte mala. En la cosmovisión solo tenemos lo bueno y los menos bueno”, resaltó.
En esta celebración cultural no podía faltar ”La Gallada” de la comunidad de Píllaro, en Tungurahua. Evelyn acompañaba a uno de sus familiares dentro de este grupo y manifestó que llevan asistiendo al desfile desde hace cuatro años.
La tradición de la ”Diablada Pillareña” fue declarada como Patrimonio Cultural Intangible por el Instituto de Patrimonio Cultural (INPC) el 12 de noviembre del 2008. (AGM)