Quito, 12 dic (La Calle).- El Gobierno de Guillermo Lasso busca endeudar más al Ecuador con el Fondo Monetario internacional (FMI). Para este 14 de diciembre, el organismo multilateral anunciará si aprueba o no un nuevo desembolso de USD 700 millones.
Con este desembolso, el país habrá concluido su programa de Facilidad Extendida (EFF) suscrito en 2020 por el expresidente Lenín Moreno. Sin embargo, en 2021, el actual régimen renegoció el programa y ahora espera la sexta revisión de metas con corte a agosto de 2022.
Si la revisión resulta positiva, Lasso endeudará más a los ecuatorianos con el FMI. Los últimos reportes indican que la deuda con el multilateral ascienden a USD 7.166 millones. Con el nuevo desembolso, la deuda incrementaría a USD 7.866 millones.
No hay reactivación
Según economistas consultados por diario Expreso, los préstamos del FMI han «ayudado» a mejorar las cuentas fiscales del Ecuador. Sin embargo, reconocen que no ha habido crecimiento económico suficiente para generar plazas de empleo.
También concuerdan con que la reactivación económica anunciada por Lasso es solo cuento. Hasta el día de hoy, el país reactivarse a nivel prepandemia. Es el único en la región que no ha logrado levantar sus índices económicos.
La exgerenta del Banco Central, Verónica Artola, mencionó que los resultados de los préstamos no son culpa del FMI, sino del gobierno de turno que no es capaz de generar políticas adecuadas para aprovechar el dinero.
«Tienes recursos, tienes una reserva internacional por los USD 8 millones, tienes unos resultados fiscales interesantes, con resultados superavitarios, pero eso no se está reflejando en la economía», explicó para el medio.
El exministro de Economía, Francisco Ortiz, tiene el mismo criterio. Considera que Lasso está alargando el ajuste fiscal, que debió terminar en 2021. A su criterio, en 2022 debía flexibilizar este ajuste para tener mejores resultados económicos, pero decidió mantenerlo.
El objetivo, más deuda
Uno de los objetivos del régimen es cerrar este programa para acceder a uno nuevo, es decir, pagar y pedir más plata. El ministro de Economía, Pablo Arosemena, espera y busca el visto bueno del FMI para entablar un nuevo programa en el primer trimestre del 2023.
El problema con los préstamos del FMI son las condiciones para acceder a los mismos. Por lo general, el multilateral exige ajustes y recortes fiscales a los gobiernos. Estos últimos no dudan en cercenar los presupuestos a los sectores sociales como educación, salud o seguridad, afectando directamente a los ciudadanos y más a las clases populares.
Para el nuevo préstamo, se vaticina una posible reforma económica y más ajuste fiscal que Lasso deberá enfrentar con una muy debilitada gobernabilidad en todos los frentes.