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Las posibilidades de progreso de los ecuatorianos están siendo liquidadas sin remordimiento ni vergüenza

Por: Econ. Marco Flores

La demanda interna está semiparalizada porque una gran mayoría de ecuatorianos tienen limitada capacidad de compra por causa de estrechez económica o pobreza. El INEC revela que en Ecuador hay 7 millones de pobres en diferentes grados de pobreza, pero al menos 2 millones de ellos están en pobreza crítica, sobreviviendo con menos de 2 dólares diarios, significa también que no menos 5 millones, subsisten con menos de 3 dólares al día.

La tasa de morosidad en bancos, cooperativas, mutualistas y otros intermediarios financieros está disimulada con frecuentes renovaciones que no revelan la verdadera tasa de morosidad subyacente. Es que simplemente muchas personas naturales y físicas no tiene el dinero para pagar sus deudas por el elevado costo de los servicios financieros y especialmente de las tasas de interés activas.

Es necesario prevenir y verificar permanentemente la efectividad de las regulaciones y controles financieros por manera de garantizar los depósitos recibidos del público. Solo en el sistema bancario los depósitos superan los 43.000 millones de dólares, El superintendente de bancos debe presentar informes actualizados de control, liquidez y solvencia de todas las instituciones financieras, y las 2 Juntas, la Monetaria y la Financiera, salir de su ostracismo inútil.

Ecuador es un país extremadamente caro frente al ingreso real percápita. El ingreso de los ecuatorianos medido en poder adquisitivo (PPA) es el más bajo de la región. La economía no muestra una ruta al menos razonable de crecimiento sostenido. Entre los años 2017 a 2022 el PIB creció a menos del 1% anual que no alcanza ni para cubrir el 1,54% de crecimiento vegetativo de la población.

Hay grandes fragilidades en el Presupuesto General del Estado (PGE) del 2023. Desde el año 2020 el financiamiento privado en los mercados internacionales está cerrado y va a seguir cerrado para Ecuador. La producción petrolera al menos registra 35.000 barriles diarios por debajo de la prevista en el PGE vigente. Ya no solo hace falta financiar los 7577 millones contemplados desde su inicio en el PGE sino que el desfinanciamiento superará los 9000 millones de dólares, es decir, un insólito 30% del total.

No mejora la recaudación tributaria interanual respecto del PIB porque es resultante del estado general de la economía en la que aparece clara y en acenso la penosa ecuación de desempleo más subempleo, no obstante la creciente migración. La deuda del Sector Público ahora mismo supera los 80 mil millones de dólares y constituye una muy pesada carga que las familias ecuatorianas deben sobrellevar porque no existe el necesario crecimiento sostenido de la economía. El año 2022 la inversión del Gobierno Central casi desapareció, apenas fue 0,5% del PIB. No existe seguridad jurídica ni institucionalidad. Ecuador parece una barca al garete.

Todo esto unido a la brutal inseguridad existente, muestra la gravedad de la situación económica y social del país, muestra a un gobierno incapaz e indolente y muestra también que las posibilidades de progreso de los ecuatorianos están siendo liquidadas sin remordimiento ni vergüenza.

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