Por Juan Carlos Cabezas / @liberjuan
Quito, 01 may (La Calle).- La autora de “Salvo el Calvario” y “Un piano en la oscuridad” conversa con nosotros sobre este 1 de mayo y el rol de la gestora cultural.
¿Cómo enfrentar el miedo por el futuro?
Las personas que vivimos en este tiempo, somos afortunadas, no pasamos por dictaduras como las del Cono Sur, ninguna Guerra Mundial, ni el tsunami de Indonesia o la Guerra Civil Española. Nuestras adversidades han sido de otro tipo.
Yo también me preocupo, a mí me ayuda vivir el presente y pensar en cómo puedo protegerme. Hay que dar gracias con lo que se tiene y unirnos entre los que estamos en la misma situación. El Gobierno parece querer acabar con todos nosotros, no se puede esperar nada bueno del poder.
¿Cómo han aportado las mujeres desde la cultura al país?
Se piensa que los productos artísticos son hechos por hombres y no es así. Las mujeres sostienen la cultura, pero no se reconoce su trabajo. Se nos valora desde el rol invisible del hogar mientras los hombres hacen las cosas por “fuera”. Sin embargo, las mujeres pintan, escriben, modelan y trabajan en las artes escénicas del Ecuador desde hace más de 100 años. Es importante destacar algunos nombres como Gio Valdivieso La Torre en la gestión cultural, en el campo de la escritura: Patricia Enderica, María Alejandra Almeida, María Eugenia Delgado, María Fernanda Heredia, Leonor Bravo, Mónica Ojeda, María Fernanda Ampuero, Sandra Araya, Reitero, las mujeres trabajamos en la cultura desde hace más de un siglo atrás.
¿Cómo celebrar un 1 de mayo combativo desde la cultura?
La cultura es todo, es el modo que educas a tus hijos, los valores que pretendes inculcar de acuerdo al grupo humano en el que vives, con qué te emocionas, qué rechazas y cómo entierras y lloras a los muertos. La cultura es un trabajo, todo producto cultural que podamos hacer este día le brinda sentido a la vida. Gracias a la COVID- 19, nos dimos cuenta que una enfermera es más valiosa que un futbolista, pero en poco tiempo más todo volverá a la normalidad y la enfermera será la mal pagada de siempre. Es necesario un cambio de conciencia y ese trabajo le corresponde a la cultura.
¿Le otorgamos ya otra valoración al trabajo doméstico luego de esta cuarentena?
La vida ha sido entendida como lo que ocurre hacia afuera, lo que aparentamos, el vestido o el maquillaje. En estos momentos estoy valorando la vida, la mirada hacia el interior, la reflexión y ya no lo externo. Recuerdo que había días en los que salía a la 7 de la mañana y retornaba a las 22 horas, en fin, estoy valorando esta relentización de la vida.
Hay un preocupante incremento de la violencia doméstica…
Es un tema de la cultura no saber la agresividad y la violencia hacia la mujer y los niños. De otro lado, las víctimas no deben permitir más maltratos. Es hora de romper el círculo del Síndrome de Estocolmo. Es una pena, además, tener un sistema judicial interesado en un solo tema con nombre y apellido.
¿Vale la pena dedicarse a las artes en este mundo pandémico?
Ser escritora, violinista o futbolista vale la pena. Todo depende de los que necesita el mundo. Decidí ser escritora, antes de terminar la secundaria y tuve una oposición muy grande de mi mamá. Le preocupaba la supervivencia, pensaba que los artistas son gente que, únicamente, se dedica al arte y la bohemia, decía que no es un trabajo real y cosas así, cuando alguien quiere alcanzar algo, lo logrará a pesar del resto.
