Por: María Isabel Burbano / @rizossalvajes
Quito, 01 oct (La Calle).- En 1955, Francisco J. Feraud quiso regrabar el vals Fatalidad para su disquera Onix, pero se encontró con los altos costes que implicaba tener a Olimpo Cárdenas, cantante que estaba triunfando en Colombia. La única solución era buscar una voz que se pareciera a la de Olimpo.
El destacado requintista Rosalino Quintero sugirió al hermano de ‘Pepe’ Jaramillo. En ese entonces había grabado dos duetos con Fresia Saavedra, pero aún seguía siendo un desconocido. Quintero dijo «yo conozco a un negrito que canta bonito». Francisco le pidió a Julio Jaramillo que imitara lo más que pudiera a Cardenas. El joven muy resuelto le contestó: Yo no lo voy a imitar, don Panchito, lo voy a superar. La sorpresa de Feraud fue inmediata, pero después de escucharlo se dio cuenta que ahí estaba una gran estrella.
El ruiseñor de América
Julio Jaramillo tenía a su favor una voz suave, sentimental que reflejaba el lamento de sus canciones. En una región que en los años cincuenta y sesenta escuchaba boleros, valses, tangos y pasillos, JJ supo interpretarlos y también combinarlos para que su música saliera de las fronteras de Ecuador. Paradójicamente no grabó tantos pasillos como boleros o valses que siempre estuvieron en la mira de su repertorio. Se estima que grabó entre 1.000 y 1.200 canciones en su carrera.
La radio se había extendido en su uso desde la década de 1930 y era un medio central en los hogares latinoamericanos. Julio Jaramillo sonaba en los transistores de Ecuador, Colombia, Argentina, México, entre otros países de la región. La música popular se escuchaba tanto en las ciudades como e el área rural. No era para menos si el ‘ruiseñor’ había nacido de las entrañas del pueblo y sintonizaba con ellos a través de la música.
Éxito internacional
De Fatalidad se vendieron alrededor de 7.000 copias en una semana y se tuvo que reimprimir. A finales de 1956 ya había grabado una docena de temas con Ónix. Entre ellas están: Te odio y te quiero, Hojas muertas, Elsa y Carnaval de la vida.
Pero la canción que lo volvió internacional fue Nuestro Juramento compuesta por el puertorriqueño Benito de Jesús, que Rosalino Quintero transformó sabiamente en bolero. Después de su lanzamiento se embarcó en una gira por América Latina. Vivió un tiempo en México donde aún hoy es querido y reconocido.
Vida personal
Un artista de la talla de JJ no se vio librado de los excesos y las noches de parranda. Esas juergas que empezaron desde su juventud en los inicios de su carrera, se extendieron cuando ya era un cantante de talla internacional.
Se lo tenía por un bohemio, pero además tenía muy buena suerte con las mujeres. Conquistador nato, dejó varios amores en toda América Latina, pero además tuvo 27 hijos. Así lo dijo en una entrevista en 1976 con diario El Universo.
De ellos el más conocido es Julio Jaramillo Arroyo, hijo de su segundo matrimonio y quién interpretó a su padre en una miniserie estrenada en 2008.
Julio Jaramillo Sánchez es hijo de su primer matrimonio y padre de Christian Jaramillo, nieto del ‘ruiseñor’ y que ha seguido sus pasos en la música.
Día del Pasillo ecuatoriano
En 1993 durante el gobierno de Sixto Durán Ballén, se declaró por decreto ejecutivo al 1 de octubre como el día del Pasillo Ecuatoriano, en honor al nacimiento de uno de sus mayores exponentes: Julio Alfredo Jaramillo Laurido.
El 17 de octubre de 2012, El Ministerio Coordinador de Patrimonio, el Ministerio de Cultura y el Instituto Nacional de Patrimonio Nacional, iniciaron el proceso para declarar al pasillo como ‘Patrimonio cultural del Ecuador’, por considerar que es la música que identifica a los ecuatorianos.
En diciembre del 2021, el pasillo ecuatoriano entró en las lista de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, según la UNESCO.