La viruela del mono: ¿cómo se contagia y cuáles son sus síntomas?

Quito, 23 may (La Calle).- La viruela del mono, viruela símica o ‘monkeypox’ es una enfermedad zoonótica, lo que significa que puede transmitirse entre animales y seres humanos. A pesar de su nombre, los monos no son el reservorio principal de este virus, aunque se identificó por primera vez en 1958 en en una población de simios. 

Se desconoce cuál es su origen, pero se cree que se transmite a través de pequeños roedores y ardillas de las selvas tropicales. Hasta ahora, la incidencia se ha localizado en África central y occidental, donde la enfermedad es endémica y se producen miles de casos todos los años. 

Fuera del continente africano, se han documentado casos en Estados Unidos, Reino Unido, Israel y Singapur, pero todos ellos se han vinculado a un caso importado o a un contacto con animales procedentes de zonas endémicas.

Recientemente se han identificado casos confirmados en países muy diversos, como Reino Unido, Canadá, Estados Unidos, Portugal, Australia, Francia, Suecia, Bélgica, Italia, Alemania, Noruega, Suiza o Israel, por lo que las autoridades sanitarias están buscando el origen, ya que hasta ahora el virus se había circunscrito a África. Debido a que se trata de un patógeno con una propagación limitada, los investigadores intentan averiguar a qué se debe esta dispersión geográfica de los casos.

¿Cómo se transmite?

El virus de la viruela del mono no se propaga fácilmente entre las personas y el riesgo para la población es bajo. Se puede transmitir por vía respiratoria, pero por las características de la mayor parte de los casos todo apunta a un contacto con fluidos. Su transmisión tiene lugar a través de un contacto con heridas, fluidos corporales, gotículas y material contaminado, como ropa de cama, y su periodo de incubación suele ser de seis a trece días, aunque puede ir hasta los 21 días.

Los investigadores recalcan que no se trata de una enfermedad de transmisión sexual, ni tampoco que afecte exclusivamente a un determinado colectivo.

«Estamos hablando de una enfermedad mucho menos contagiosa que el COVID y que la viruela. En África, el contagio generalmente se produce por contacto con fluidos o animales contaminados», ha explicado en el Canal 24 Horas Francisco Javier Membrillo, portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (Seimc).

Según ha detallado el infectólogo, «entre personas, el contagio se produce si hay contacto con esas vesículas que salen, parecidas a las de la varicela. Si cuando están rotas esas vesículas, tocamos el líquido, nos podemos contagiar, que es lo que parece que ha sido el mecanismo en la mayor parte de los casos que tenemos». También ha aclarado que puede haber un contagio por gotas, por vías respiratorias, «pero es difícil y tiene que ser un contacto muy estrecho». «Prácticamente no hay ninguna posibilidad de que se convierta en una epidemia», ha tranquilizado.

¿Cuáles son sus síntomas?

La viruela del simio causa síntomas muy parecidos a los de la viruela, incluso más leves, aunque también puede ocasionar el fallecimiento del paciente. La enfermedad comienza con dolor de cabeza, fiebre, escalofríos, dolores musculares, fatiga extrema y, a diferencia de la viruela, ganglios linfáticos inflamados.

Entre uno y tres días después la aparición de la fiebre se produce una erupción, que suele comenzar en la cara y después se extiende a otras partes del cuerpo, incluyendo las palmas de las manos y las plantas de los pies.

Como ocurre en la viruela, la erupción comienza en forma de manchas rojas, que terminan convirtiéndose en pústulas. Al cabo de varios días, esas pústulas forman costra, que termina cayéndose. La viruela del mono suele durar de dos a cuatro semanas.

La investigadora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Margarita del Val señala que es una dolencia «razonablemente benigna» pero causa «lesiones muy grandes y llamativas» en la piel.

¿Qué tratamiento tiene?

El tratamiento de la viruela del mono se centra principalmente en el alivio de los síntomas, ya que no existe medicación para hacer frente a la infección. Sin embargo, la vacuna contra la viruela tradicional, que lleva décadas sin administrarse debido a la erradicación del virus, presenta unos niveles de eficacia muy altos. Las autoridades sanitarias españolas barajan la compra de estas vacunas, que además han sido mejoradas y podrían servir para prevenir la viruela símica. En todo caso, recalcan que no se procedería a una vacunación masiva, sino únicamente a contactos cercanos

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