Quito, 13 ene (La Calle).- En muchas ocasiones, una misma historia permite crear distintos puntos de vista para la narración. Ese es el caso del accidente de un avión de la Fuerza Aérea Uruguaya que transportaba a los jugadores de un equipo de rugby, sus amigos y familiares.
La aeronave se estrelló en la Cordillera, a 70 km de Curicó en Chile y de 40 pasajeros y cinco miembros de la tripulación, solo sobrevivieron 16 personas durante 72 días en ese paraje hostil. El director español J.A. Bayona leyó el libro La Sociedad de la nieve de Pablo Vierci, basado en el relato de los supervivientes y decidió gestar un proyecto que resultaría en una película del mismo nombre.
¿Por qué ver este filme? Es una visión mucho más cercana de los que sucedió durante esos 72 días. Topa la importancia de recordar las voces de los que fallecieron en la nieve, por ello el narrador es Numa Turcatti, un amigo de los jugadores. Su narración pone una luz de empatía sobre lo que estaba sucediendo a la interna, la psiquis de los sobreviventes que se veían solos, únicamente rodeados de nieve y que, poco a poco, perdían las esperanzas de un rescate, de un milagro.
Un cast latinoamericano
También nos ofrece un elenco de actores uruguayos y argentinos. Bayona tomó una decisión importantísima al colocar intérpretes que hablen español y que muestren un retrato mucho más cercano a lo que sucedió. Algo que no pasa con la película de Hollywood, Viven (1993), que si bien también ofrece un relato desgarrador y de lucha por aferrarse a la vida, deja de lado otros temas.
Por ejemplo, el arriero Sergio Catalán, que montó a caballo por 10 horas para buscar ayuda no aparece en el filme de 1993, pero está en pantalla unos segundos en la Sociedad de la nieve porque su papel fue clave para poder iniciar las labores de rescate en la parte alta de la montaña.
El director también colocó el cameo de tres sobrevivientes. Nando Parrado que abre la puerta del aeropuerto a su hermana y madre en la ficción, que murieron en el accidente. Carlitos Páez que interpreta a su padre, que nunca se cansó de buscarlo y leyó los nombres de los que habían sobrevivido por la radio. Encontrando la grata sorpresa de que su hijo estaba con vida.
La película, que está en carrera para los Oscars, es el relato conmovedor de un suceso que se ha contado muchas veces, pero cada nueva versión muestra detalles que engrandecen el trasfondo oscuro de un relato que apela a la vida, la amistad y la fuerza por sobre todas las cosas. Ya lo dijo Numa antes de morir durante el sueño el 11 de diciembre de 1972. “No hay amor más grande que el que da la vida por sus amigos”.