La silla vacía del vicepresidente/ta | Opinión

Por: María Isabel Burbano /@rizossalvajes

Quito, 16 may (La Calle).- El artículo 149 de la Constitución del Ecuador (2008) dice:

Art. 149.- Quien ejerza la Vicepresidencia de la República cumplirá los mismos requisitos, estará sujeto a las mismas inhabilidades y prohibiciones establecidas para la Presidenta o Presidente de la República, y desempeñará sus funciones por igual período.
La Vicepresidenta o Vicepresidente de la República, cuando no reemplace a la Presidenta o Presidente de la República, ejercerá las funciones que ésta o éste le asigne.

Usualmente el binomio presidencial conforma un equipo para tratar las políticas públicas en el Gobierno. Lo que no puede abarcar el presidente, lo toma a su cargo el vicepresidente. Al menos es lo que hemos visto en la historia, sobre todo, contemporánea del país. A pesar de ello, no todo fue miel sobre hojuelas, en varios períodos, la relación entre ese binomio ha terminado rota. Un ejemplo de ello fueron León Febres Cordero y Blasco Peñaherrera, cuyas tensiones, después del secuestro del primer mandatario en Taura, dañaron la relación entre ambos hasta el final del mandato, aunque después retomarían su relación amistosa hasta la muerte del ex primer mandatario.

Sixto Durán Ballén tuvo la abrupta fuga de su vicepresidente, investigado y criticado por el caso de los fondos reservados. Desde la vuelta a la democracia, cuatro vicepresidentes tuvieron que hacerse cargo de la presidencia. Oswaldo Hurtado tras la muerte de Jaime Roldós; Rosalía Artega tras la destitución de Abdalá Bucaram (a los dos días, Fabián Alarcón la sacó del puesto); Gustavo Noboa por la destitución de Jamil Mahuad y Alfredo Palacio tras la salida de Lucio Gutiérrez por (de nuevo) la destitución desde el Congreso.

Lenín Moreno tuvo cuatro vicepresidentes. Jorge Glas hasta 2018 (una relación destruida que terminó cuando el exvicepresidente fue a prisión), María Alejandra Vicuña (acusada por un caso de soborno cuando era asambleísta, tuvo que renunciar al cargo), Otto Sonnelholzner (fue su despegue político, dejando mucho que desear con el manejo de la pandemia) y María Alejandra Muñoz (quien concluyó el período de Moreno). Una muestra clara de la poca noción de estabilidad y gobernabilidad del expresidente.

Guillermo Lasso tenía una relación distante, pero aparentemente cordial con Alfredo Borrero a quien le encargó los asuntos de la salud y con un trabajo flojo en el control de ese rubro. Un paso nada memorable por la función pública.

Llegamos a Noboa…

Este repaso por la historia de los vicepresidentes en el país nos permite hacernos ciertas preguntas ¿Es el vicepresidente, el segundo al mando? ¿el copiloto del equipo de Gobierno? ¿o simplemente una circunstancia, un nombre al que poner como binomio en la papeleta? Si el presidente le otorga una función en el Estado ¿no debería ser acorde al plan de trabajo?

Llegamos al binomio Noboa – Abad y estas interrogantes nos explotan en la cara. Mientras los binomios anteriores debían soportarse y convivir en el mismo espacio (así no les gustara) para Daniel Noboa, la solución más fácil es enviar a su vicepresidenta a ser embajadora en un país que, ahora mismo, está en conflicto bélico. A su vicepresidenta que no tiene experiencia como diplomática.

A ello se suma que su hijo Francisco Barreiro está en investigación por un presunto delito de tráfico de infuencias y que salió en libertad bajo una fianza de USD 20.000 tras un mes de estar preso en ‘La Roca’, un lugar donde – según el mismo presidente – están los peores criminales.

Solo con unos, pero no a los demás

Llegamos a la cereza del pastel. El consejero del CPCCS, Juan Esteban Guarderas le coloca una denuncia por una supuesta infracción electoral al hacer campaña anticipada cuando era candidata a la alcaldía de Cuenca. El funcionario se quedó en blanco cuando un periodista de Ecuavisa que lo entrevistaba le preguntó si va a denunciar a Noboa que también hizo campaña anticipada en 2023.

Algo que ya vimos cuando colocó la denuncia en contra del alcalde de Quito, Pabel Muñoz, a pesar de que en las elecciones anticipadas 2023, varios actores políticos que son funcionarios electorales hablarony actuaron en apoyo del entonces candidato Noboa.

No sé qué piensa el consejero sobre la política. Tal vez la imagina como un espacio aséptico, donde todos deben estar callados… bueno, no todos, solo los que no son de su agrado. Solo las piezas a las que se deben quitar del tablero político.

¿Tiene la vicepresidenta fallas a la hora de gobernar? No lo sabemos a ciencia cierta. Sus posiciones respecto de las mujeres, la maternidad y la función del Gobierno encendieron las alarmas en cierta parte de la población. Sin embargo, Noboa no nos dio tiempo a evaluar su gestión, la envió a la otra punta del mundo y no le dio voz ni voto en el Ejecutivo. ¿Tiene fallas el presidente a la hora de gobernar? Sí, muchísimas. Medir con la vara de la «justicia» a una sola persona y olvidarse de los otros dice mucho de la función que cumple el consejero Guarderas en su puesto. Si dice que no es el CNE, entonces es hora de dejar de pretender serlo y trabajar en la función que le fue designada.

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