La Ronda: de ‘camino inca’ a ícono turístico

Quito, 6 dic (La Calle).- ‘La Ronda’, una calle empedrada, larga y estrecha, serpentea entre una encantadora arquitectura colonial, característica distintiva del Centro Histórico de Quito. Siglos atrás, antes de la llegada de los conquistadores españoles, se conocía como el puente de los “gallinazos” o El Chaquiñan, conectando una de las chorreras del Pichincha y recorriendo la Quebrada de los Gallinazos para facilitar el acceso al agua de la chorrera.

Aunque su nombre real es Juan de Dios Morales, se le conoce como ‘La Ronda’ debido a la estrechez que la caracteriza y en homenaje a las rondas nocturnas españolas tradicionales. En el siglo XVII, ‘La Ronda’ comenzó a ganar notoriedad como punto de encuentro para artistas, bohemios, poetas e individuos incomprendidos.

Para el siglo XIX, la quebrada del riachuelo que cruzaba la calle fue rellenada, brindando más espacio a la ciudad para crecer y convirtiendo a ‘La Ronda’ en hogar de algunos de los bares, cantinas y burdeles más célebres de Quito. La calle también fue habitada por prominentes personajes históricos, desde escultores y panaderos hasta historiadores y músicos, incluido el precursor de la Independencia, Eugenio Espejo.

Personajes celebres que surgieron en ‘La Ronda’

Por si no lo sabías, La Ronda también fue la residencia de estrellas de la historia quiteña. Destacados poetas ecuatorianos como Eduardo Ledesma Muñoz y Enrique Noboa Arízaga, ambos miembros del Grupo Madrugada, un destacado grupo literario de la década de 1940 en Quito. Además, artistas y escritores famosos como Eduardo Kingman, Oswaldo Guayasamín, Camilo Egas y Benjamín Carrión dejaron un legado perdurable en la cultura ecuatoriana.

También la inspiración para músicos como Sergio Mejía Aguirre, poeta y escritor, que compuso el pasillo «Negra Mala» inspirado en ‘La Ronda’, donde poetas y músicos como Jorge Carrera Andrade y Augusto Arias se reunían. Asimismo, Alfredo Cargo Flores, compositor y guitarrista ecuatoriano, inmortalizó ‘La Ronda’ con su canción «Chulla Quiteño», mientras que Hugo Moncayo y Carlos Guerra compusieron «Esta Guitarra Vieja». Estos artistas contribuyeron a la rica historia cultural que impregna las empedradas calles de La Ronda.

La nueva era de ‘La Ronda’

Hacia finales del siglo XIX, ‘La Ronda’ experimentó un marcado declive. Sus antiguas y hermosas casas se deterioraron, perdiendo el encanto que alguna vez atrajo a los habitantes de Quito. Sin embargo, el renacimiento de ‘La Ronda’ estaba destinado a ocurrir. En 2006, el Ayuntamiento de Quito emprendió la recuperación integral del barrio, marcando un hito crucial al devolver vida a las empedradas calles y rescatar la arquitectura colonial que se encontraba en decadencia.

La transformación fue significativa y ‘La Ronda resurgió como un tradicional lugar de ocio nocturno en la capital ecuatoriana. La revitalización no solo restauró la belleza arquitectónica de la calle, sino que también atrajo a visitantes y turistas, convirtiéndola en uno de los puntos turísticos más destacados del Centro Histórico de Quito. Desde 2013, la introducción de espectáculos nocturnos ha impulsado aún más el turismo.

En la actualidad, ‘La Ronda’ no solo narra la historia de su pasado, sino que celebra la fusión entre la herencia cultural y la vitalidad contemporánea. Durante las noches, la calle cobra vida con música en vivo, actividades comerciales y la oferta de platos típicos que deleitan tanto a locales como a visitantes. ‘La Ronda’ se erige como una joya restaurada, un testimonio vivo de la capacidad de una comunidad para preservar y revitalizar su patrimonio histórico. Un sitio icónico, una joya restaurada, un pedacito de historia que, como todo buen quiteño, sabe cómo reinventarse y celebrar la vida con mucho ritmo y sabor.

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