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La lucha de Gustavo Garzón le costó su vida

Samanta Calderón, redactora
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Quito 24 de junio (La Calle). – Han pasado 30 años desde la última vez que el escritor ecuatoriano, Gustavo Garzón vio a su familia y amigos.

Su hermano Rodrigo G. contó que “todos estos años han sido muy tristes porque su ausencia está latente. Él representa un vacío en la familia y en mi vida”.

El 9 de noviembre de 1990, Gustavo salió de su casa, ubicada en el barrio San Juan en Quito, para realizar varias actividades. En la mañana se fue al banco para retirar un pago por la publicación de su libro “El Conejo”. En horas de la noche, se reunió con varios amigos en el bar “Sol Candela”.  

Rodrigo comentó, que antes de su desaparición, ya temían por su vida. “Él siempre que salía le avisaba a mi mamá en donde estaba y la hora que estaría en la casa. Cuando no volvía informaba donde se quedaría”.

Aquella noche, Gustavo salió del bar para irse a casa, pero nunca más regresó. Su desaparición está asociada a la estructura represiva que tenía el Gobierno de aquella época con las personas que criticaron su poder. Se destacó en la literatura, pero, también en el activismo social dentro del grupo “Las Montoneras Patria Libre”.

Desde aquel día, Clorinda Guzmán, madre de Gustavo, nunca se cansó de buscarlo. Su hijo menor recuerda que, “Su madre salía todos los miércoles durante 17 años a la plaza de la independencia para protestar por la desaparición de mi hermano. Ella se congregaba con más familiares de personas desaparecidas”.

¿Dónde estuvo el Estado ecuatoriano todos estos años?

“Ha sido una lucha muy desigual, la madre y la familia de Gustavo exigiéndole al estado ecuatoriano. Se enviaron muchas cartas en todos los gobiernos. Son 9 presidentes que desfilaron y ninguno respondió”, explicó Rodrigo.

Desde el primer día de su desaparición, los familiares y amigos han agotado todos sus recursos por encontrarlo. Su lucha empezó en 1994, con el informe de la Comisión de la Verdad del Ecuador presentado en la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).  

Según los datos expuestos en la página Plan V, la desaparición de Gustavo Garzón se investigó en más de 40 mil hojas de los 40 expedientes fiscales que reposan en la Dirección de Derechos Humanos y Participación Ciudadana de la fiscalía general del Estado.

En 2019 el caso de Gustavo se llevó a instancias internacionales. Después de 25 años de su desaparición, la familia de Gustavo inició el juicio contra el Estado ecuatoriano.

La demanda se le acusaba al Estado por desaparición forzada cometida por la Policía Nacional. En mismo documento, se juzgaba el encarcelamiento injustificado, que vivió Gustavo meses antes de su desaparición.  

En enero de este año se realizó la audiencia en la que el Estado aceptó su responsabilidad por la desaparición del escritor, en el año 1990.

El representante de las víctimas, César Duque, mencionó que, “la desaparición forzada de Gustavo Garzón creó un profundo sentimiento de dolor, de su familia, fundamentalmente a la madre; dolor que se ha profundizado por la falta de una investigación seria”

Actualmente el caso se encuentra en indagación previa. Familiares espera una respuesta favorable en la sentencia que se prevé para el mes de octubre de 2021.

Memoria

Yo recuerdo a mi hermano como eje de la familia. Tenía un carácter muy carismático, muy lúcido e inteligente. Desde pequeño ya escribía poemas, la literatura fue su vida. En el colegio fue parte del Club de Periodismo. Le gustaba analizar situación del país”. 

En 1991 se publicó el libro “Brutal como el rasgar de un fósforo”; un año después salió “Del virus humano y su circunstancia”. En 2010, la Casa de La Cultura Ecuatoriana expuso su texto “Vivo en medio de tantos muertos”. El último en salir fue, Más allá de la transparencia, en el año 2011

A esta iniciativa se unió la Organización de Derechos Humanos (INREDH) con la creación del documental que lleva el nombre de una de sus obras, “Brutal como el rasgar de un fosforo”. El proyecto fue dirigido por Elizabeth Ledesma, Mayra Caiza y Ángel Saavedra, periodistas investigadores en temas de derechos humanos.

El documental se expondrá en el Cine Ochoymedio, situado en el barrio La Floresta, en Quito. Su estreno será el 21 de julio, pero se mantendrá en la cartelera hasta miércoles 28. La obra se presentará todos los días a partir de las 19:00h, de lunes hasta el viernes, mientras que el sábado será desde las 16:00h.

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