Quito, 31 oct (La Calle).- Los ciudadanos de Galápagos ven con preocupación la posibilidad de convertir la isla de San Cristóbal en una base de abastecimiento de combustible para aviones estadounidenses que trabajan en la “lucha contra el narcotráfico”.
La población teme que la exposición de la isla a los combustibles, que requieren las naves, afecte potencialmente el ecosistema. Además, de acuerdo a un video que circula en redes sociales, la presencia de militares estadounidenses pone en riesgo la soberanía del país. Los galapagueños temen que se repita la historia de la base estadounidense asentada en Manta.
“El convenio de la base de Manta entró, como entra en casi todos los países, afirmando que garantizaría desarrollo, con el eufemístico término de que acabarían con el narcotráfico, pero en realidad (…) generó un aumento de prostitución y pesqueros hundidos. La gente más humilde fue la primera en evidenciar las afectaciones”, dijo Ivette Minda miembro de la coalición “No Bases” Ecuador, en una entrevista a Telesur.
La base de Manta es un ejemplo de los métodos de abuso y violencia empleados por los militares norteamericanos, quienes, gozando de inmunidad diplomática y con la excusa de realizar operativos antinarcóticos, amedrentaban contra las embarcaciones pesqueras.
Las críticas contra el Ministerio de Defensa no han parado después de permitir a EE.UU. tener acceso al aeródromo de las islas Galápagos, a las que el ministro Oswaldo Jarrín considera un «portaviones natural». A decir de esta cartera de Estado, la cooperación militar con Washington ayudará en el combate contra el narcotráfico. Pero en la sociedad continúa el temor a que se establezca una base militar estadounidense, algo que está prohibido por la Constitución ecuatoriana.