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La farsa del censo del INEC

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Quito, 6 dic (La Calle).- Una serie de irregularidades estaría cometiendo el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) en la fase presencial del Censo de Población y Vivienda 2022, según excensistas y exsupervisores del proceso contactados por Radio La Calle.

Las fuentes manifestaron que ocurrió de todo. Unos explicaron que el INEC vulneró sus derechos laborales, otros expresaron que sus superiores los obligaron a registrar datos erróneos de las personas censadas. Se reportaron robos y hubo censistas mujeres que sufrieron acoso sexual.

Frente a tantas irregularidades, muchos trabajadores decidieron renunciar. No se habla de 10 o 20 bajas, sino de cientos de desertores. Las fuentes señalaron que reciben llamadas del INEC solicitando que vuelvan a laborar, pero ellos rechazan las ofertas debido a que no existen garantías de que tanto atropello no se repita.

El exdirector del INEC, Byron Villacís advirtió no se puede confiar en los datos de este censo. Añadió que las consecuencias políticas son nefastas. Sin estadísticas certeras todas, las acciones y medidas de política pública del Estado serán erróneas.

“Es serio el problema. El censo ni siquiera fue financiado por el Gobierno, pese a que tenían plata. El censo no tuvo un sentido cívico, sino posiblemente lo politizaron, para vender la base de datos, por ejemplo. Se hizo a un lado a los indígenas. Pareciera que se hizo con otros fines”.

Mala organización

Esteban Suárez, un excensista, mencionó en el noticiero La Ventana que hubo una pésima organización. Las autoridades no le entregaron a él y su equipo los dispositivos y códigos a tiempo. Por estos problemas, hubo un retraso de cuatro días.

¿Qué significan estos cuatro días? Cada censista tiene la obligación de entregar 15 cargas diarias, es decir, 15 viviendas censadas. Lo que supone un destiempo de 60 casas por censista. Además, los superiores no reconocieron el pago de esos días.

“Por el retraso de equipos, no existió una capacitación fuerte. No hicimos trabajo de campo, porque las “tablets” se retrasaron. Los primeros días fue como un testeo para probar los equipos y el sistema del censo”, dijo Suárez.

Inseguridad

Los censistas son identificados por su gorra y chaleco. Además, cada uno lleva una tableta electrónica para realizar el registro de datos. Esto los vuelve un foco para la delincuencia. Ellos aseguran que sí ha habido robos e intentos de robos, sobre todo, en el sur de Quito.

El mismo INEC reportó 36 tabletas robadas a nivel nacional durante el censo hasta el 22 de noviembre. Afirmó que hay un protocolo a seguir con el ECU-911, la Fiscalía y la Policía Nacional. Sin embargo, el INEC no se hace cargo del robo. Los trabajadores deben firmar la renuncia (puesto que no están laborando) o tienen que pagar por el dispositivo.

En un solo ejemplo, el 5 de diciembre, antisociales intentaron robar a una censista en Santa Elena.

Bajó la calidad del censo

Tras una reunión operativo entre autoridades del INEC, solicitaron a los censistas y supervisores bajar la calidad de las encuestas. A partir del 18 de noviembre, se omitieron muchas preguntas para “agilizar” el proceso.

Por ejemplo, registraban la pertenencia étnica de toda una familia basados solamente en el padre o madre de familia. Para avanzar rápido, obligaban a los censistas a reportar las viviendas como “rechazó el censo” o “no abrió la puerta”.

Vulneración de derechos laborales

Para los trabajadores resultaba imposible llegar a las 300 cargas que dictaba el INEC en menos de un mes. Por día debían entregar 15, pero cada carga es una encuesta censal que dura aproximadamente entre 35 a 40 minutos. A eso, hay que sumarle el tiempo de búsqueda de la siguiente casa y si el ciudadano acepta ser censado.

Los censistas concuerdan en que 15 cargas representaban 15 horas laborales.

Por otro lado, poco a poco los censistas empezaron a denunciar que el INEC no quería pagarles la remuneración completa que habían acordado en el contrato con la institución. Hay casos en los que los superiores intentaban pagar el 50 % del salario. A otros les habrían pagado con base en las encuestas realizadas. Inclusive, un grupo denunció que para pagarles el 100 % les exigían firma una letra en blanco.

Una censista del cantón Pedro Moncayo, que prefirió mantener el anonimato, comentó que trabaja de 7:00 a 19:00 y si en ese tiempo no logra censar las casas asignadas le descuentan el 1 % de su sueldo. Además, explicó que el mayor conflicto que enfrentó fue el transporte y la comida. El INEC designó un sistema de transporte para los trabajadores, pero este no funciona para las comunidades lejanas y la comida corre por cuenta del censista.

Ante tanto atropello, decidieron crear varios grupos de WhatsApp para agrupar y canalizar sus denuncias a través de medios de comunicación y redes sociales. En tales grupos participan hasta 200 censistas y supervisores que se sienten en indefensión.

Suárez denunció…

Suárez presentó una denuncia por vulneración de derechos laborales al INEC el 28 de noviembre. Según él, su superior Oscar Jorque lo llamó para hablar sobre los pagos y horarios, pero hubo otras peticiones.

“El supervisor nos indicó que bajemos la calidad de las entrevistas para poder avanzar y solicitó no realizar las tres visitas por familia por cuestiones de tiempo”, detalla el documento.

Otra petición del coordinador de área, Fausto Gamboa, en Turubamba, fue que si quería que le paguen todo lo acordado, debía firmar una letra en blanco. A lo que Suárez se negó.