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La emboscada de Moreno: el crecimiento económico del 2017

Quito, 02 nov (La Calle). – “Yo heredé una emboscada, la típica emboscada de los socialistas del siglo XXI. Supongo pensaban que no ganaría las elecciones, por lo que me dejaron un escenario que aseguraba mi fracaso en el poder”. Esas fueron las palabras del presidente Lenín Moreno en una conferencia para la America Society Council of the Americas.

El mandatario justificaba así los problemas en el manejo de la deuda y la crisis sanitaria por la Covid-19 en el país. Según Moreno, gracias a las decisiones de su gobierno y a la “conciencia social del FMI”, que Ecuador logró convertirse en un ejemplo regional para el control de la pandemia.

“Al próximo Gobierno no le va a quedar la mesa servida, como me dijeron a mí, pero sí un mejor escenario para desenvolverse con normalidad”. El término mesa servida es recurrente en los discursos del mandatario para explicar la mala situación económica que encontró cuando llegó al poder.

¿Mesa servida?

Sin embargo, a pesar de las declaraciones de Moreno en los últimos cuatro años y la responsabilidad que entrega al gobierno anterior, el propio Fondo Monetario Internacional corroboró el crecimiento de la economía cuando tuvo sus primeras reuniones con el gobierno actual.

“Una economía que nos ha sorprendido en el año 2017 de manera favorable, con un crecimiento mayor al que habíamos anticipado”, dijo en este entonces Alejandro Werner, director del Departamento Occidental del FMI.

“Es evidente que la economía está recuperándose a buen ritmo tras la recesión de 2016 y que la actividad ha sido más vigorosa de lo que habíamos previsto en nuestras proyecciones más recientes de octubre”, agregó después en un comunicado.

Las negociaciones con el FMI dieron lugar a préstamos con ese y otros organismos internacionales como el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo. Sin embargo, el manejo de la deuda que encabezó el exministro de Economía, Richard Martínez no ha dado los frutos esperados. Hasta agosto pasado, el país mantenía una deuda pública de USD 59.000 millones. El último desembolso del FMI se utilizó para pagar una parte de esta. La pregunta que queda en el aire es ¿qué sucedió con el dinero de los préstamos? Interrogante sin respuesta.