Por: Econ. Marco Flores T.
Lo grave es que son errores que cometen unos y pagan otros. El presidente Lasso y su ministro de Finanzas Cueva, al final del año 2021, en medio de la crisis económica, con destrucción de inversión y servicios públicos, impusieron una abusiva reforma tributaria que eliminó del impuesto a la renta por pagar las deducciones por gastos en salud, educación, comida y otros.
Eran deducciones que llegaban a 14575 dólares anuales pero las reemplazaron por un ridículo crédito tributario de 500 dólares al año, y con menor frecuencia, hasta de 1000 dólares anuales.
Hoy, vísperas del juicio político a Lasso el Gobierno anuncia una nueva ley para corregir en algo su pésima política tributaria y económica en general.
La Asamblea aprobará la nueva ley pero el necesario alivio tributario no se hará efectivo sino hasta el año 2025, cuando el gobierno esté de salida.
Mientras tanto los efectos negativos de la abusiva reforma del 2021 ya elevaron el costo de la vida perjudicando a las familias de Ecuador. Es que como era seguro esperar esta abusiva reforma tributaria subió los costos de producción en bienes y servicios, y por tanto, los precios finales que obligatoriamente debe pagar por ellos la gente.
La clase media fue la más afectada, pero no sólo la clase media, todas las personas en grado variable, en especial los 7 millones de pobres que el INEC reconoce tiene Ecuador y claramente las personas con ingresos bajos y fijos, simplemente porque así funciona el mecanismo de transmisión de precios en la economía.
