Quito, 29 de abril, (La Ventana).-Si algo caracteriza al COVID es la huella que deja a su paso. Desde su aparición esta enfermedad se ha caracterizado por la cantidad de secuelas en el organismo de los afectados.
Estudios médicos, como el que se puede leer en este interesante artículo del portal Gaceta Médica, revelan un sinnúmero de consecuencias. Se puede hablar de consecuencias musculares (disnea), neurológicas, gastrointestinales, cardiacas, cutáneas y tromboembolias.
Como paciente COVID, puedo explicar lo que es la disnea: una parálisis de la respiración imprevista, además debo tomar medicación para luchar contra las tromboembolias o coágulos en los pulmones.
Problemas nuevos en el organismo
La doctora Verónica Vega Yépez, quien trabaja en Quito, sostuvo que el organismo, a pesar de ya haberse liberado del virus, mantiene una respuesta inflamatoria, producto de la cadena de citoquina, es decir de las proteínas responsables de la comunicación celular.
“Me he topado con pacientes que nunca han tenido problemas de tiroides y cuando regresan tiene hipotiroidismo, o personas que no han padecido diabetes, que ahora la tienen”. Según la especialista, no importan ni la edad, ni el género, bueno en esto último se nota que los hombres son los que presentan un mayor número de consecuencias posteriores.
“Quizás lo más común son las consecuencias gastrointestinales, el colon irritable por ejemplo, cierto número de casos de gastritis”; en fin, la respuesta inflamatoria del organismo va desestabilizando todo el metabolismo, el COVID es realmente una enfermedad terrible.
Ciertos cuadros de embolia y la disnea van desapareciendo, pero durante tres o seis meses, los pacientes deben tener un seguimiento constante de sus síntomas para no decaer. Esa es la esperanza, por ejemplo, de Ángel Muzo, paciente COVID, que aún debe hacer terapia respiratoria, para sentirse 100 por ciento recuperado, aún debe tomar medicación y hacer terapia de estimulación.