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La corrupción responsable de la tragedia en La Gasca – Opinión

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Desde La Gasca.
Por: Elías Armendaris
Fotos: Julio Paltán

Negociados turbios, corrupción, tráfico de tierras, tala indiscriminada y la falta de planificación urbana, fueron algunos de los componentes que engrosaron el aluvión que el día de ayer arrasó el sector de La Gasca en Quito.

Eran las 17:00 horas del lunes 31 de enero del 2022; empezó a viralizarse un video del sector La Gasca, al norte de la ciudad de Quito. En el video se veía una fuerte correntada de lodo, piedras, árboles, autos, basureros y todo orden de cosas que se encontrasen en el camino, incluyendo varias personas y animales.

Las causas de la calamidad, según el Municipio de Quito, son las lluvias que actualmente bañan la ciudad de Quito; definieron como un “evento de extrema precipitación”, al aluvión que bajó por la quebrada “El Tejado” y llegó hasta el sector de la Mariscal.

La Mariscal, Quito, con los restos del deslave

En el mismo comunicado emitido a las 19:00 horas, el Municipio se limitó a reportar que varios equipos ya trabajaban en el lugar.

A las 20:00 horas, el servicio de atención de emergencias, ECU911-Quito, reportó que se habían localizado a tres personas fallecidas. También acotaron que personal del Cuerpo de Bomberos, la Cruz Roja, el Ministerio de Salud Pública, la Policía Nacional y la Autoridad de Tránsito Municipal (ATM) fueron movilizados al lugar, en conjunto con 25 ambulancias, cuatro patrullas, 10 motos, unidades del GOE y del GIR, así como 60 efectivos de las Fuerzas Armadas.

La alcaldesa de Guayaquil, Cintya Viteri, puso a disposición de la ciudad capital, el cuerpo de bomberos del puerto principal.

“Ponemos a disposición, como lo hicimos durante la pandemia, a todo nuestro Cuerpo de Bomberos. Tenemos un grupo de élite de la policía Metropolitana, que también podría viajar a Quito”.

Mencionó la autoridad portuaria en una entrevista en televisión, hoy por la mañana.

El número de fallecidos hasta las 8 de la mañana era de 16; contabilizaron también a 46 heridos y 16 desaparecidos, según un reporte del Municipio de Quito.

Sin embargo, a lo largo de la mañana se encontraron los cuerpos de al menos 5 fallecidos más.

Antiguamente estas quebradas se encontraban despejadas y eran afluentes que desembocaban en la laguna de Iñaquito; Aún en 1940 podían encontrarse garzas en las pequeñas lagunas y humedales dónde actualmente se ubica el parque de la Carolina y una importante zona financiera.

Con la expansión urbana estos desfogues naturales se han obstaculizado con rellenos para poder construir sobre dichas zonas, negando los cauces naturales, que encuentran nuevas rutas por encima de los taponamientos.

En un análisis morfodinámico aplicado al diagnóstico de riesgos naturales en los sistemas La Gasca y San Carlos, Quito, Ecuador, realizado en 1988 por los urbanistas e investigadores ecuatorianos Mauricio Meza, Ivo Moreno y Cristóbal Serrano, además de los expertos extranjeros como José E. Novoa (Chile) y Féliz Sánchez Camargo (Panamá), se destaca que esa zona tuvo problemas desde 1961.

Uno de los casos más graves que se recuerde es el sucedido en 1975 cuando un deslizamiento de tierras, lodos y escombros mató algunos ciudadanos y varios animales, depositándose en el sector de la Av. América. Sin embargo, el evento del 31 de enero fue de mayor envergadura. Según el alcalde, Santiago Guarderas, «se acumularon 75 litros de lluvia por metro cuadrado en el sector, cuando se esperaba apenas dos litros por metro cuadrado», y esto fue lo que ocasionó el deslave pues cada metro cúbico pesa una tonelada.

Era el 3 de febrero del 2021, hace un año, cuando un grupo de moradores de ocho barrios, incluyendo La Gasca se manifestaba en contra de la construcción del proyecto “Urkupamba”, un proyecto de camposanto con énfasis en cremación, de al menos 35 hectáreas.

Ante las protestas, Jorge Yunda, burgomaestre entonces, declaró el proyecto cancelado, aun cuando ya contaba con la autorización que curiosamente habría sido emitida por la secretaría del ambiente de la misma cartera municipal que él presidía, en tanto, todas las autoridades hicieron oídos sordos ante las múltiples advertencias que alertaban sobre la tala continua del bosque primario.

Seis años antes (2017), esta iniciativa ya se había propuesto y desechado, al sobreponerse a tres áreas del Sistema Nacional de Áreas Protegidas. Pero en esta ocasión, y pese a la declaratoria, ya había empezado la tala de árboles y la edificación.

Según un reporte de Diario Expreso de la fecha, el exalcalde Yunda dijo a más de un centenar de moradores que se habrían reunido en el sector de la cancha comunal de San Vicente de las Casas, “Nos habíamos propuesto sembrar un millón de árboles, no cortarlos”, expresó, “Vamos a disponer que este proyecto no se haga, porque se trata de un área protegida y un pulmón de la ciudad”, agregó.

Calle Mercadillo, Quito.
Sector Colegio Spellman. Quito

Según él, esta “confusión “entre sembrar y talar árboles, se debe a un problema jurídico ocasionado por un vacío en la ley; por tanto, es un caso de error de buena fe.

El exministro de Ambiente y Agua, Paúl Proaño, sostiene que no fue un “error de buena fe”; el proyecto nunca contó con los permisos del Ministerio del Ambiente; oficina desde la cuál se habría informado al representante de la constructora que era inviable el proyecto porque se sobreponía con tres áreas protegidas. Además, en una primera inspección del lugar, realizada por el Ministerio del Ambiente, se descubrieron vestigios de tala ilegal en la zona y que se habían colocado vallas para impedir la libre circulación en un espacio público.

Av 10 de agosto inundada con lodo. Quito.

¿Guarderas es responsable?

Según la información de la Superintendencia de Compañías, uno de los accionistas del proyecto Urkupamba es el propio alcalde de Quito, Santiago Guarderas. Las autoridades del municipio durante la alcaldía de Jorge Yunda, en la que constaba como vicealcalde Santiago Guarderas, pudieron poner un final a la construcción del proyecto, pero solo le dieron un alto momentáneo. Después de un largo enfrentamiento entre Jorge Yunda y Santiago Guarderas, en el que se destituyó en varias ocasiones a Yunda, restituyéndolo para finalmente lograr removerlo del cargo por, entre otras cosas, corrupción en la compra de pruebas COVID-19.

Guarderas le tomó la posta y reactivó el proyecto que se encontraba en espera; sea como fuere, al amanecer del martes hay casi 2000 rescatistas trabajando en la Gasca, en la misma cancha dónde Yunda arengó hace un año a los pobladores para decirles que finalizaba el proyecto, el lugar en que el día de ayer se jugaba la final de vóley barrial, y de dónde proceden la mayor cantidad de las víctimas.

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