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La Contraloría en manos del cancerbero Pablo Celi (opinión)

Arcilla libertaria

El papel de la Contraloría General del Estado es ser el guardián de los recursos del Estado; es el organismo técnico encargado del control de la utilización de los recursos del Estado, evita que los recursos públicos sean dilapidados, o gastados sin que se reviertan en beneficios del Estado, cuyo fin primordial es garantizar el efectivo goce de los derechos de todos los ciudadanos, establecidos en la Constitución de la Republica y en los instrumentos internacionales.

Mas resulta que la Contraloría en manos del Sociólogo Pablo Celi, quien se auto designó a ojos de todos como Contralor, luego de que el titular, del cual Celi fue su brazo derecho, huyera del país al ser inculpado en una serie de negocios turbios, encausados algunos en la justicia, y sin haber sido designado legalmente como manda la Constitución de la República, esto es, por el Pleno del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, luego de agotar el proceso de selección correspondiente y posesionado ante la Asamblea Nacional, lo cual nunca ocurrió, fue oleado y sacramentado por la prensa comercial y el tristemente célebre Julio Cesar Trujillo, el notable demócrata cristiano, porque nunca se desligó de ese grupo político que tiene tan poco de demócrata y nada de cristiano, siendo el fiel acólito de Oswaldo Hurtado, hombre de derecha y anticomunista.

Pablo Celi maestro en el arte del camuflaje oportunista, fue el instrumento de la derecha más reaccionaria y del traidor Moreno, para desempeñar el papel del cancerbero feroz del infierno en que se convirtió la Contraloría, que alejándose de la manera más descarada del ámbito de sus competencias, se dedicó a tiempo completo a perseguir con venganza a servidores públicos que cumplieron con su misión de estar al servicio de la colectividad; aunque la verdad sea dicha, de manera excepcional hubo funcionarios de la época del Presidente Correa, un verdadero Estadista honorable a carta cabal, que miraron más sus intereses personales, antes que pensar en una administración pública al servicio de la ciudadanía. Sin embargo, la Contraloría en estos casos y los de corrupción del gobierno actual, nada ha hecho, más bien lanza lazos o mantos para cubrir sus inmoralidades y actos delincuenciales, estos están libres y campantes; se soslayó el mandato constitucional que preceptúa que es deber primordial del Estado garantizar a sus habitantes el derecho a una cultura de paz, a la seguridad integral y a vivir en una sociedad democrática y libre de corrupción. Contra ellos, la justifica debió y deberá ser implacable, y no tener miramientos por el antecedente político [lawfare).

Pero la persecución fue contra todos los servidores públicos que laboraron en el gobierno de Correa, contra ellos, funcionarios de primer o segundo nivel se enfilaron las auditorías internas y externas y la determinación de responsabilidades administrativas, civiles culposas e indicios de responsabilidad penal, con esta estrategia se pretendió tenerlos amordazados.

Los funcionarios de la Contraloría General del Estado recibieron una consigna: perseguir a los funcionarios de la época de Correa, no hacer investigaciones técnicas responsables, sino hostigarles ya sea porque no han justificado un gasto, por más justo que fuera, o ya porque no constó una firma, no hizo referencia a un artículo, no fue certificada una copia, hay una infinidad de escusas para establecer falso positivos, ya que se obligó a los funcionarios de la Contraloría a determinar inculpaciones contra otros funcionarios públicos, so pena de ser desvinculados por compra de renuncia obligatoria, y al contrario ser premiados o emulados cuanto mayor número de responsabilidades establezcan.

Celi maquiavélico en el peor sentido, enemigo de los servidores públicos; porque, sin lugar a equivocarnos serán miles los servidores que tienen los exámenes especiales, en los que no se hace ningún examen o investigación sobre todo en materias técnicas como la salud, la aviación, la sanidad, el ámbito legislativo, el control constitucional, el servicio de becas, petróleo, energía, etc, etc. Exámenes que han conducido con la mayor irresponsabilidad y ligereza a establecer responsabilidades administrativas culposas o penales, lo que ha conllevado a que las familias de los funcionarios vivan verdaderos viacrucis [ahondada en tiempo de pandemia), porque al no trabajar en la administración pública no pueden acceder a documentos u oficios, se les cierran las puertas de la administración pública; han perdido su tranquilidad, viven depresiones, angustias económicas , han tenido que vender sus casas, sus departamentos, su carro. Señor Celi, gracias a usted y su consigna cientos de miles de familias están al borde del estrés, sintiendo acaso la misma angustia que vivieron los jubilados después del feriado bancario y que los indujo a acabar con sus vidas.
Esperamos que con el cambio de gobierno se reorganice de manera integral la Contraloría, con funcionarios probos, e imparciales desterrando la persecución como arma política para acallar a los adversarios. Y llamar a los funcionaros honestos a denunciar sin temor alguno todas las inmoralidades cometidas por Celi y su círculo. Para garantizar que todo esto se cumpla debemos fortalecer el Frente liderado por el doctor Alejandro Rodas, constituido por todas las víctimas y familiares de la persecución de Celi.