Quito, 11 may (La Calle).- Finalmente los comuneros de Olón hicieron valer sus derechos y Vinazin anunció que suspenderá el proyecto Echo que se iba a construir en el Esterillo Oloncito, una área protegida por la ley desde 2001.
Sin embargo, el comunicado de la empresa denota un tono de víctima, intentando excusarse en el desarrollo. Poniendo a un lado los intereses medioambientales y la protección de áreas y bosques protectores.
«Estamos convencidos de que esta innovadora propuesta no solo planteaba empleo pleno pare el sector, sino, nueva visión arquitectónica que además estimularía la creación de emprendimientos locales y ubicaría a Olón como un centro turístico internacional», dice parte del comunicado.
La contestación vino clara de las organizaciones medioambientales. «Solo es progreso si es sostenible», así inicia el comunicado en respuesta de la Fundación La Iguana. «El proyecto Echo es privado y no se ajusta al interés social o bienestar colectivo de la comunidad. (…) La ciudadanía no debería tener que elegir entre proteger sus recursos naturales o sacrificarlos para tener empleo. Lo que sugiere en su comunicado Vinazin no es sólo ilegal, es inhumano».