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La agonía de la Derecha – Opinión

Mauricio Galindo
Mauricio Galindo

Jaime Nebot cree mucho en las encuestas, lo dijo León Febres Cordero; cuando el delfín empezaba su despegar del máximo caudillo de la Derecha ecuatoriana. Nebot es un gran líder, un alcalde con una gestión que pareció eficiente, que nunca ascendió de Capitán a General, o más claro, que nunca trasmutó de director de Banda de Pueblo, a director de una Sinfónica, o de Don Medardo y sus Players, por falta de una estrategia más amplia que sus intereses corporativistas.

Esta carencia de liderazgo estratégico ha limitado durante cerca de 3 décadas la gestión política de la derecha ecuatoriana, acostumbrada a la existencia hasta la década de 1990, de tres Organizaciones Políticas, con considerables caudales de votación: El histórico Partido Conservador Ecuatoriano, que gobernó el país entre 1992 a 1996 con Alberto Dahik, en alianza con Sixto Durán Ballén; y sus dos hijos, el uno más al centro derecha, a veces hasta pareció socialdemócrata, la Democracia Popular (DP), de corte Demócrata Cristiano, que en alianza con la Concentración de Fuerzas Populares (CFP) de Jaime Roldós, llegó al poder con el academicista Oswaldo Hurtado, en 1978. Muerto Roldós, el 24 de mayo de 1981, Hurtado gobernó con claras políticas neoliberales. La DP Se colocó más al centro desde 1984, hasta que volvió a sus orígenes, tras el ascenso al poder de Jamil Mahuad y su desastrosa gestión entre 1998 y el 2000.

Finalmente, la Organización Política más exitosa, y trascendente dentro del espectro, es el Partido Social Cristiano (PSC) fundado por Camilo Ponce en 1951, ganó  la Presidencia en dos oportunidades, con el propio Ponce en 1956 y con León Febres Cordero en 1984. El PSC ha sufrido tres grandes trasformaciones en su historia; la primera, cuando en la década de 1970, pasó a ser dirigido por la facción de León Febres Cordero (LFC), cambiando su principal radio de acción a la Costa, dejando la Sierra a conservadores y demócrata populares. El Gobierno de Ponce, fue uno de los mas estables y progresistas en la historia ecuatoriana; mientras que el de LFC es recordado por tres hechos: La extrema restricción de muchas libertades civiles, el terremoto de 1987, con la rotura del Oleoducto transecuatoriano; y la destrucción del movimiento guerrillero Alfaro Vive Carajo.

Después de 1988 el PSC se trasformó en una oficina de negociación política, que tranzó con cuanto Gobierno llegó a Carondelet. Tan famosos fueron sus acuerdos, que al gobierno del socialdemócrata Rodrigo Borja (1988-1992), se le conoció como el Febresborjismo, por qué coincidían en votaciones, naranjas y socailcristianos, en el Congreso Nacional y en cualquier otra instancia, como Cortes o Tribunal Supremo Electoral. El citado contubernio se prolongó con todos los demás partidos y movimientos políticos que han llegado a la Presidencia.

Sociedad Patriótica, Roldosismo, Alfarismo, Correismo, Morenismo, todos han pasado por las manos de los socialcristianos que, además, durante este trayecto pasaron de ser una poderosa organización política nacional a un movimiento político centrado en la antigua zona de la Gobernación colonial de Guayaquil (Provincias de Guayas, Santa Elena, Los Ríos, El Oro, Bolívar) y con mas especificidad, la alcaldía de la ciudad-puerto de Guayaquil. Desde ese fortín han edificado un monopolio corporativista sobre la urbe, que es gobernada desde la década de 1990, primero, por Febres Cordero, luego por Nebot y actualmente por Cynthia Viteri. De este modo han conseguido su propio espacio, sin molestia del poder central, de manera tal que han sido capaces de crear un Ghetto, donde solo entra o sale quien ellos permiten, literal.

La última organización política importante que la derecha ha entregado al país, es la de Creando Oportunidades (Creo) Empresa bancaria-electoral, generada desde la ambición del colaborador del Mahuadismo, Hurtadismo, y Morenismo, Guillermo Lasso. Esta Organización Política recogió a los huérfanos de la DP, extinta luego de la tragedia del Feriado Bancario. Creo es una fanesca conceptual alrededor de Guillermo Lasso, que nunca amalgamó sus distintas corrientes, e incluso en su solitario camino al Poder, destruyó a cuadros que hubiesen modernizado su imagen y su ideario, con aporte femenino, como Ana Galarza y Lourdes Cuesta, quienes atenuaban la dura e impertérrita imagen del banquero.

Esta elección de 2021 nos presentó por tercera vez al candidato Lasso, quien en una cerrada disputa con Carlos (Yaku) Pérez Guartambel del partido indígena Pachakutik, accedió a la Segunda Vuelta electoral. Ello tras un polémico incumplimiento del reconteo de votos en el que Lasso, una vez acordado el compromiso de revisar el 100% de las actas en la provincia del Guayas, y de recontar el 50% en otras provincias, en un momento que analizó que no le era conveniente este pacto, decidió que no era “legal” y se retiró de lo acordado. De Facto su acción lo lleva a enfrentar a Andrés Arauz en el balotaje.

Esta acción de Lasso, apoyado por sus escuderos del CNE, los consejeros Pita, Verdezoto y Cabrera, ha generado múltiples opiniones contrarias, de las cuales las mas duras, van dirigidas desde el movimiento indígena que ve sepultada de esta manera su opción de disputar por primera vez solos, la Presidencia. Lasso, impávido sigue en su obsesivo plan de acceder a Carondelet, de la manera que sea.

La agonía de la Derecha de Creo, se ve desde una maquinaria de vida artificial, que coloca noticias rimbombantes y alarmistas, basadas la mayoría en supuestos, que construye un imaginario que coloca ante sí la idea que es la lucha entre un ángel (Lasso) y un demonio (Correa y Arauz). La palpamos en las incongruentes e ilegítimas acciones de un CNE donde 3 de sus consejeros, han hecho de todo para impedir la participación de cualquier candidato que pudiese evitar el triunfo de la 21, en alianza con la 6.

La mayor baza de apoyo de Lasso, además, es el enorme espaldarazo de su aliado gubernamental, Lenin Boltaire Moreno, con quien ha co gobernado los últimos 3 años. Esa alianza se ha materializado en la votación conjunta en CNE, Cpccs, Cortes y Asamblea de Creo y Alianza Pais. Moreno ha puesto al servicio del banquero, los resortes de Fiscalía, Contraloría y todo aquello que se pudiese necesitar, para que el proyecto político vinculado que diseñaron, junto al Fondo Monetario Internacional, Cámaras de la Producción y los cómplices Medios tradicionales, lleve a un resultado, que hoy con la ruptura frente al Mundo indígena parecería sumamente difícil: El amalgamar a un 45% de la población, teniendo en cuenta que solo tiene un 20% de votación en Primera Vuelta; si hablamos de matemáticas, Arauz tiene un 32%, y le faltaría un 15% para no tener problemas, mientras que a Lasso, sería mínimo un 25% de la votación.

Pero viendo los hechos acontecidos con Noboa y PK, hay que tomar con pinzas las posibilidades de Creo. Para ellos lo legítimo, no pasa por el filtro de la legalidad. Si el triunfo de Lasso es inobjetable, no existirán dudas; si triunfa con una diferencia pequeña, dará para generar sospechas. Además su mal trabajo en territorio, lo coloca con una bancada pequeña en la Asamblea, lo que podría determinar una falta de gobernabilidad acuciante.

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