Julio Peña: «El Correísmo y el Movimiento Indígena deben dejar atrás sus diferencias»

Quito, 26 feb (La Calle).- Ante el escenario de la segunda vuelta electoral, el analista político, Julio Peña, destacó la necesidad de una alianza entre las fuerzas progresistas para evitar un segundo mandato del presidente-candidato Daniel Noboa y enfrentar la crisis multidimensional que atraviesa el país.

«El país enfrenta una coyuntura política, que exige hoy más que nunca al Correísmo y al Movimiento Indígena, dejar atrás sus diferencias, y actuar con la madurez y la sensibilidad política necesaria, para salir del escenario de indolencia y abandono al que la derecha neoliberal ha condenado al Ecuador en estos últimos 8 años», dijo en entrevista para el Portal Desacato y Cooperativa Comunicacional.

Guerra de encuestas y manipulación mediática

La primera vuelta electoral del 9 de febrero de 2025 estuvo marcada por una «guerra de encuestas» que, según Peña, benefició al partido oficialista Acción Democrática Nacional (ADN). El experto señaló que el 90% del espectro mediático ecuatoriano —controlado por élites económicas— promovió narrativas sesgadas y fake news para inclinar la balanza a favor de Noboa. «La información fue tratada como un bien privado, vulnerando el derecho ciudadano a estar informados», afirmó.

Los resultados oficiales del Consejo Nacional Electoral (CNE) revelaron una cerrada diferencia: Noboa obtuvo 44.15%, Luisa González (Revolución Ciudadana) 43.98%, Leónidas Iza (Movimiento Indígena) 5.24%, y Andrea González (Sociedad Patriótica) 2.69%. La segunda vuelta, prevista para abril, dependerá en gran medida del electorado indígena.

El Movimiento Indígena: Voto dirimente en la segunda vuelta

Peña enfatizó que el 5.24% de los votos obtenidos por Leónidas Iza serán decisivos. El líder indígena ya descartó diálogos con ADN, al que acusa de impulsar políticas «necro-neoliberales» que afectan a comunidades vulnerables. Sin embargo, la decisión final del movimiento —articulada a través de la CONAIE y su brazo político Pachakutik— será colectiva.

«Gobernar es trabajar para el pueblo», declaró Luisa González, quien busca consolidar una alianza con el Movimiento Indígena. Peña recordó que, pese a diferencias históricas entre autonomistas (enfocados en autogestión comunitaria) y estatistas (que priorizan el control del Estado), ambas corrientes deben encontrar una síntesis para contrarrestar el neoliberalismo.

Propuestas contra la crisis: retomar el legado de Correa

Frente al avance del narcotráfico, la pobreza y la violencia —agravados durante los gobiernos de Moreno, Lasso y Noboa—, Peña destacó que una victoria de González implicaría reactivar políticas sociales inspiradas en el gobierno de Rafael Correa (2007-2017). Entre ellas:

  • Inversión pública en infraestructura, salud y educación, con un enfoque contra-cíclico para mitigar recesiones.
  • Reforma tributaria progresiva (mayores impuestos a grandes fortunas).
  • Fortalecimiento del Estado de bienestar, retomando programas como el Bono de Desarrollo Humano.

«El desmantelamiento del Estado en los últimos ocho años dejó un vacío ocupado por el crimen organizado. Hoy, el 70% de la economía informal está bajo extorsión», alertó el analista.

Llamado a unidad de izquierdas

Peña subrayó que la única vía para evitar otro gobierno de «derecha extrema» es una coalición entre Revolución Ciudadana, el Movimiento Indígena y otros sectores progresistas. Citando a teóricos como Gramsci y Laclau, insistió en la necesidad de construir una «contrahegemonía» que articule demandas sociales dispersas.

Andrés Arauz, secretario de la Revolución Ciudadana, ya adelantó la elaboración de un documento programático común. «Ecuador ya no aguanta más. Es tiempo de anteponer la sensibilidad política», declaró Peña, quien concluyó con un llamado urgente: «Otro Ecuador, más justo y solidario, sí es posible».

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