Quito, 03 ago (La Calle).- El directorio de Petroecuador eligió al director ejecutivo subrogante de la empresa pública, mientras analiza la terna para escoger al gerente definitivo.
Washington Gallegos, dirigía el área de transporte antes de pasar a estar al frente de la compañía pública. Reemplazará a Ítalo Cedeño, quien salió del cargo el 2 de agosto tras el pedido del presidente Guillermo Lasso de removerlo.
La orden del primer mandatario apareció después de que en una entrevista, Cedeño reconociera que su esposa le sugería nombres de personas para que ocupen cargos públicos en Petroecuador.
Cedeño asumió las riendas de la empresa después de la salida de Pablo Luna (julio – diciembre del 2021). Antes de él estuvo Gonzalo Maldonado (diciembre 2020 – junio 2021) quien solo permaneció un mes después de la llegada de Lasso al poder.
La inestabilidad administrativa de la empresa ha llevado a que los planes de Lasso para aumentar la producción se den a paso lento.
Principales problemas
El director a cargo tendrá como tareas elevar la producción de petróleo. El objetivo del Gobierno es llegar a los 804.323 barriles diarios para 2026. Sin embargo, la producción va a la baja. 372.237 barriles diarios en julio de 2022, lo que significa una reducción de 6% respecto a los 393.500 barriles diarios de mayo de 2021 cuando empezó la presidencia de Lasso.
También está pendiente la renegociación de los contratos con Petrochina. Existen dos contratos que obligan a Petroecuador a entregar 84,1 millones de barriles a la petrolera china hasta 2024. Un preacuerdo técnico llevaría a la ampliación de tres años, por lo que vencerían en 2027.
Entre las licitaciones pendientes están: la reactivación de 100 pozos cerrados, la captura de gas que se quema en mecheros de la Amazonía, la ampliación de la refinería Esmeraldas y el Campo Amistad.
Además, el nuevo gerente deberá decidir si continúa con el proyecto para lanzar al mercado las gasolinas Eco Plus de 89 octanos, prevista para el 12 de agosto y la Premium de 95 octanos. El programa es una respuesta a los precios altos de la gasolina Súper que llegó a los USD 5.20 en julio.
