Quito, 17 Oct (La Calle).- Un grupo de dueños de imprentas, al grito de «queremos trabajar», protestaron a las afueras del Palacio de Carondelet por la facturación electrónica que será obligatoria desde noviembre.
«La crisis es mortal para todos. Simplemente nos está obligando a cerrar nuestros talleres y dejar a 70.000 personas en la indefensión», dijo a Radio Pichincha uno de los representantes de las imprentas.
Solicitan al Gobierno que la facturación física se mantenga como una opción hasta los USD 300.000. «No nos oponemos ni a la tecnología ni la facturación electrónica solo pedimos que el RIMPE pertenezca a las imprentas».
Proponen también hacer que los negocios populares no emitan notas de venta sino facturación.
¿Qué dice la ley?
La Ley de Desarrollo Económico dispuso que todos quienes tienen un Registro Único de Contribuyentes (RUC) y emiten facturas, lo hagan a través del sistema de facturación electrónica. Esta disposición deberá empezar a partir del 29 de noviembre de 2022. Según el Servicio de Rentas Internas (SRI), la disposición es obligatoria para los negocios de todos los tamaños y para las personas naturales.
En Ecuador existen 2,27 millones de contribuyentes con RUC. De ese número, 269.575 contribuyentes, es decir, el 11,8% ya tiene el sistema electrónico, según un informe de la empresa especializada en facturación electrónica Alquimiasoft. El 88% restante (o dos millones de contribuyentes) todavía no tiene facturación electrónica, según esta compañía.