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Harry el sucio: la gran obra de Don Siegel

Por: María Isabel Burbano

El querido Quentin Tarantino publicó Meditaciones de Cine (2023), donde repasa varias películas que, según su visión, dejaron una huella en el cine de los 70. Estoy leyéndolo con mucha emoción, pero también echando un vistazo a los filmes. Empezaremos primero con Harry el Sucio (1971).

¿Por qué Dirty Harry dejó huella en el cine policíaco y nos mostró una nueva faceta en la carrera de Clint Eastwood? Hasta entonces, los polis de las películas se habían limitado a seguir las reglas. El brazo de la ley no puede transgredir ciertos límites, pero ¿qué sucede cuando te enfrentas a un asesino serial? Con esta película vemos el tipo de cine que pone al policía a perseguir al asesino serial, pero con giros graciosos y no solamente la crudeza de la persecución, el asesino lo pone a jugar su juego, pero también refleja algo cierto, la mediocridad de la policía al utilizar la ley para dejar libre al asesino sin respetar los derechos de las víctimas.

También nos muestra al poli duro que no pierde la compostura y la seriedad, a pesar de cierta violencia de los asesinatos que debe presenciar. Es un hombre con un objetivo, acabar con Escorpio y solo al final vemos si lo logra o no.

Visualmente, la paleta de colores de la película juega con el tiempo. En San Francisco, las mañanas son claras, mientras que la noche se pone oscura y espesa, pero poco importa, la hora, Escorpio acechaba y mataba en cualquier momento.

Eastwood sale del spaguetti western, donde estuvo con la trilogía del dólar para pasar a las películas de policía. El papel de hombre duro que nos ha dejado ver a lo largo de su carrera y que interpreta de una forma increíble.

Harry el sucio era el reflejo, donde los que fueron jóvenes en los años 50 en Estados Unidos podían mirarse. Harry Callahan era el justiciero que creía que si un asesino andaba suelto, debía morir. Con su magnum 44, les mostraba a ese grupo de gente lo que querían y que con la venida de la contracultura se había alejado: el modo de ser estadounidense, al menos el que los no tan jóvenes anhelaban.

Icónica es ya su línea en esta película (la serie se compone de cuatro filmes).

“Sé lo que estás pensando. Si disparé las seis balas o solo cinco. La verdad es que con todo este ajetreo también yo he perdido la cuenta. Pero siendo este un Magnum 44, el mejor revólver del mundo, capaz de volarte los sesos de un tiro, ¿no crees que debieras pensar que eres afortunado? ¿Verdad que sí, vago?”