Guillermo Ochoa, el experimentado guardameta mexicano, ha desatado una ola de comentarios al compararse con dos de las máximas figuras del fútbol mundial: Lionel Messi y Cristiano Ronaldo.
En una reciente entrevista al medio deportivo Flashscore, el portero del AVS de Portugal reveló su ambición de participar en el Mundial de 2026, un objetivo que, según él, lo situaría en un selecto grupo de futbolistas.
«Jugar un sexto Mundial, en México, sería muy especial para mí y solo lo podemos hacer tres jugadores: Ronaldo, Messi y yo», afirmó Ochoa. Esta audaz declaración ha generado un intenso debate, posicionando al mexicano en un nivel de élite junto a dos de los mejores futbolistas de todos los tiempos.
La comparación de Ochoa con Messi y Ronaldo es audaz, pero no carente de fundamento. Los tres jugadores comparten una dedicación inquebrantable, una pasión por el fútbol y una ambición desbordante. Sin embargo, sus roles dentro del equipo son diametralmente opuestos. Mientras Messi y Ronaldo son los máximos goleadores y asistentes de sus equipos, Ochoa es el último bastión defensivo.
La pregunta que surge es: ¿Qué justifica esta comparación? Más allá de la ambición de disputar seis Mundiales, Ochoa ha demostrado una consistencia y una longevidad envidiables en su carrera. Su paso por el fútbol español, donde se ganó el apodo de «El Muro de Andalucía», fue un hito en su trayectoria. Al convertirse en el primer portero mexicano en aventurarse en el fútbol europeo, demostró que un guardameta latinoamericano podría destacar en las ligas más competitivas del mundo.
Sin embargo, es importante reconocer que la comparación entre un portero y dos delanteros es, en cierta medida, subjetiva. Messi y Ronaldo han marcado una época con sus goles y sus habilidades individuales, mientras que Ochoa ha destacado por su seguridad bajo los tres palos y su capacidad para realizar atajadas espectaculares.
La afirmación de Ochoa ha generado un debate sobre los criterios que se utilizan para evaluar a un futbolista. ¿Es más importante marcar goles o mantener la portería invicta? ¿Qué valor se le debe dar a la longevidad y la consistencia? Las respuestas a estas preguntas son complejas y dependen en gran medida de los gustos y las preferencias de cada aficionado.