Quito, 4 de ene (La Calle).- Las Fuerzas Armadas respondieron a las declaraciones de la vicepresidenta Verónica Abad, quien anunció que asumirá la Presidencia de la República el próximo 5 de enero. En un comunicado oficial, la institución reiteró que acatará únicamente las disposiciones del presidente en funciones, Daniel Noboa, en un supuesto apego a la Constitución.
En el documento, las Fuerzas Armadas citaron los Decretos Ejecutivos No. 490 y 494, firmados por Noboa, que establecen la designación de Abad como consejera económica en la embajada de Ecuador en Turquía y el nombramiento temporal de Cynthia Gellibert como vicepresidenta hasta el 22 de enero o hasta que Abad asuma su función en Ankara.
“Nos corresponde acatar las disposiciones del Presidente Constitucional en funciones y cumplir nuestra misión con estricta sujeción al poder civil y a la Constitución”, subraya el comunicado.
Declaraciones de Abad
En un video difundido en redes sociales, Abad afirmó que, conforme a la Constitución, asumirá la Presidencia durante la campaña electoral de Noboa, quien busca la reelección. Sostuvo que su función no requiere un acto de posesión adicional y que ejercerá la presidencia en cumplimiento del mandato popular.
“La sucesión es clara, no existe confusión ni oscuridad en el ejercicio de la Presidencia Constitucional”, aseguró Abad, enfatizando que su administración garantizará paz, estabilidad y respeto a los derechos y libertades de los ciudadanos.
La vicepresidenta también hizo un llamado a las Fuerzas Armadas, los medios de comunicación y la comunidad internacional para respaldar su gestión.
“Convoco al Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas para establecer una agenda de trabajo el 5 de enero y evitar cualquier vacío de poder”, señaló.
Tensión en la cúpula de poder
El anuncio de Abad y la respuesta de las Fuerzas Armadas profundizan la tensión entre el Ejecutivo y la Vicepresidencia. La disputa surge en medio de un proceso electoral marcado por la polémica y la incertidumbre jurídica.
El Ejecutivo considera que cualquier acción unilateral de Abad podría interpretarse como un intento de desestabilización. Mientras tanto, sectores afines a la vicepresidenta insisten en que su accionar se enmarca en la Constitución.
La situación plantea interrogantes sobre la gobernabilidad en Ecuador a pocas semanas de las elecciones presidenciales, programadas para el 9 de febrero.
