Quito, 15 ago (La Calle). – Mercedes Barcha, compañera de Gabriel García Márquez, falleció, este sábado a los 87 años en la ciudad de México, informaron medios internacionales.
Barcha nació y vivió en Magangué, donde su padre Demetrio tenía una farmacia. Conoció desde niña al “Gabo” cuando éste acompañaba a su padre a vender medicinas de pueblo en pueblo.
El escritor contó que estuvo enamorado de ella y le pidió matrimonio cuando ella tenía trece años. Se casaron en 1958 y permanecieron juntos hasta la muerte de Gabriel el 17 de abril del 2014. Tuvieron dos hijos Gonzalo, diseñador gráfico y Rodrigo, director y productor de televisión y cine.
100 años de Soledad
Mercedes fue el pilar que sostuvo al escritor, uno de los más importantes del boom latinoamericano, durante toda su carrera. Un episodio de especial mención es cuando García Márquez empezó a escribir lo que sería su obra magna: 100 años de soledad. Al “Gabo” la inspiración para la novela le llegó en un viaje que realizaba con la familia a Acapulco.
Durante 18 meses, Mercedes tuvo que mantener el hogar, ya que su esposo había renunciado a su puesto de editor en las revistas Sucesos y La Familia. Sin decirle nada a su marido, Barcha se endeudó con el carnicero, el panadero y los vendedores de verduras de la colonia San Ángel Inn donde vivían. Mercedes se endeudó con sus familiares y amigos para que al “Gabo” estuviera tranquilo. Le prometió a su casero pagarle todo lo que le debían. El confío en su palabra durante ese año y medio, ella hizo «magia» para que ni sus hijos ni su esposo sintieran la falta de necesidades.
Cuando enviaron la novela por correo a la Editorial Sudamericana de Argentina, Mercedes dijo “Ahora solo falta que la novela sea mala”. Pero no lo fue, la primera edición vendió 8.000 ejemplares y fue uno de los puntales para que Gabriel García Márquez recibiera el Nobel en 1982. Sin Mercedes no hubiera existido una de las obras más importantes de la literatura hispanoamericana. El cronista colombiano Alberto Salcedo Ramos escribió en un tuit: «un día le preguntaron a García Márquez por las claves de su éxito . Dijo: algún talento, capacidad de trabajo y tener a mi lado a la mujer del mundo. Paz en su tumba».