Quito, 22 may (La Calle).- Alfredo Palacio González, expresidente del Ecuador, falleció a los 86 años la mañana de este jueves en Guayaquil. La noticia fue confirmada por personas cercanas al exmandatario. Hasta el momento no se han hecho públicas las causas de su muerte.
Cardiólogo de profesión, Palacio fue parte de una generación de profesionales que cruzaron la puerta de la política desde espacios técnicos. Nació el 22 de enero de 1939 y fue hijo del escultor Alfredo Palacio Moreno, autor del monumento a la Revolución Liberal.
De médico a presidente
Su primer paso en el sector público fue en 1994 como ministro de Salud durante el gobierno de Sixto Durán Ballén. En 2003, asumió la vicepresidencia junto a Lucio Gutiérrez, quien llegó al poder con un discurso contra la clase política tradicional, pero pronto generó descontento social por sus pactos con sectores conservadores.
La ruptura llegó con la Rebelión de los Forajidos. En abril de 2005, tras una ola de movilizaciones, Gutiérrez fue destituido por el Congreso. Palacio asumió el poder sin banda presidencial y juró ante el país desde CIESPAL, en un acto atípico que reflejaba la tensión del momento.
Un mandato de transición
Durante su presidencia (2005-2007), Palacio intentó implementar el Aseguramiento Universal en Salud, impulsar reformas judiciales y limitar la dependencia del país frente a la deuda externa. Nombró como ministro de Economía a Rafael Correa, quien luego renunció tras desacuerdos sobre el manejo económico.
Su mandato, breve pero simbólicamente clave, buscó sentar las bases de un nuevo pacto social. Sin embargo, su intento de consulta popular para reformas institucionales fue bloqueado, reflejando los límites del sistema político de entonces.
El 15 de enero de 2007 entregó la presidencia —y el país— a Correa, quien encarnaría una nueva etapa de transformación con la Revolución Ciudadana.
Más allá del poder
Tras dejar el cargo, Alfredo Palacio se alejó de la política y volvió a su vocación médica. Se dedicó a la docencia, el estudio y al ejercicio de la cardiología.
Hoy, su partida marca el cierre de una página intermedia en la historia reciente del país. Ni caudillo ni outsider, Palacio ocupó el poder en un momento de fractura institucional y sirvió como puente entre el viejo sistema y la nueva era que vendría después.